Grupos
La
tarde se prestó para hacer el recuento de recuerdos, charlas, tertulias y
fiestas que tienen un lugar en el pasado de mi mente.
Mientras escucho el disco del antiguo
Fraktal, viene a mi memoria un itinerario de conciertos a los que acudí para
ver a esta banda en los bares de San Cristóbal de las Casas. Los recuerdos
están añejos, sobre todo porque de alguna manera me tocó ver el crecimiento y
evolución de este proyecto.
Hace un par de años los músicos de San
Cristóbal se unieron con la intención de hacer un concierto cada determinado
tiempo, en el que participaríamos los grupos radicados en el pueblo. En la
segunda versión de este encuentro me involucré para organizar el evento y aproveché
esta oportunidad para platicar con Kiri, de Avatara.
De estas pláticas nació la idea de
hacer una serie de entrevistas a los músicos en San Cristóbal. Kiri emigró
fuera del país y la idea se rezagó. Pero el año pasado vino de visita y
aproveché para concretar la idea.
Ojalá esta entrevista sirva de prólogo
a este proyecto.
Marco
Antonio Hernández: ¿A qué edad te interesó la música y que factores externos
influyeron para que te decidieras a aprender a tocar un instrumento?
Kiri
Escalante: pues desde niño la música siempre me llamó la atención, la música
siempre me ha gustado. Pero me volví músico hace once años, y primero empezó
porque me gustaba ¿no?, y poco a poco, después de tocar mucho, me di cuenta que
sí me gustaba. El primer instrumento que toqué fue la guitarra, ya después
empecé a cantar, yo creo que, más que la guitarra, ahora lo que más uso es la
voz...
M
A H: eso es lo curioso, porque me he dado cuenta que tienes un instrumento en
la voz, son los sonidos que desglosas, guturales ¿qué hay de eso?
K
E: Pues ¿eso? Quien sabe por qué se dio… tal vez por las locuras, o por los
cantos de tuba, eso se dio por escuchar a un señor, al oírlo me volví loco, y
me dije: quiero intentar hacerlo, si él puede hacerlo, yo puedo, me gusta y me
interesa. Los demás sonidos se fueron dando, tanto por el ocio de estar practicando
cualquier cosa, como oír cualquier cosa, u repetir cualquier cosa.
M.
A. H: entonces ¿tu método de aprendizaje
es imitar los sonidos que te llegan al instante, los sonidos que tienes
a tu entorno?
K.
E: sí, de hecho sí. Cuando compongo es porque digo que hay cosas, ideas,
pensamientos que flotan en todo el espacio, en el mundo, entonces yo solo
agarro un pedacito de aquí, un pedacito de allá, o un pedacito de acá, o sea,
la música que hago es música fusión y la música es fusión ¿no? Yo fusiono todo,
toda la música me gusta, no puedo decidirme por un solo estilo ¿no?, toda la
música me gusta. También considero a toda la música del mundo parte de la
música, parte del sonido. Depende también de cómo vayan armonizándose, cómo se
vayan mezclando unos con los otros
M.
A. H: ¿cómo definirías ese estilo de música tomando en cuenta los elementos a
tu alcance durante el proceso musical dentro y fuera de san Cristóbal de las Casas?
K.
E: le llamo fusión-psicodélica-rupestre a lo que hago. Es psicodélica porque de
repente debraya el cerebro, y rupestre porque no uso efectos ni pedales en la
guitarra ni en la voz, todos los efecto que utilizo son los mismo de la
guitarra o mi voz, o a veces uso botellas, cualquier cosa, por eso es rupestre,
porque uso las cosas más naturales.
Antoine:
Y ¿cuál fue tu evolución en este rollo musical?
K.
E: se fue dando al escuchar mucha música, estando abierto a escuchar otra
música. Por ejemplo, primero a mí me gustaron mucho los Beatles, desde niño me
gustan mucho y me gusta mucho el rock de los 60's. Muchos grupos como Erik
Bordoni o cosas así. Me gusta la psicodelia del rock. En el barrio donde yo
vivía en el DF, mi mamá como la gente de ahí escucha música, y cuando vives en
una vecindad oyes de todo, el vecino escucha cumbia, el otro mariachi, pop,
otro rock n' roll, eso mismo me llevó a experimentar más cosas y a querer más
cosas de la propia música, y pues me gusta la música clásica, la ópera, me gusta
la música gitana, el jazz, la música hindú, la cumbia, la guaracha, la banda,
el son jarocho; casi toda la música me gusta.
M.
A. H: En idiomas como el francés, o el inglés hay verbos para designar la
acción de ejecutar el instrumento.
K.
E: De los que acabas de decir yo creo que es jugar, es muy divertido y la
música es divertida, para mí.
Laurel:
es que la palabra tocar también puede llegar a un punto interesante
K.
E: sí porque puedes llegar a tocar el espíritu de las personas.
M.
A. H: ¿cómo fue que aprendiste a tocar un instrumento y
K.
E: ¿cómo escogí un instrumento? El primero que escogí fue una guitarra y desde
que estaba muy chavo escribía mucha poesía, y de repente me di cuenta de que
varios de mis poemas podrían ser música. Entonces a mí ya me gustaba la música
pero no tenía guitarra hasta que me regalaron una, y así fue como empecé a
aprender, conocí a un amigo, el guicho, y fue el primero que me dijo, eso que
tocas es un mi mayor, y eso es un re mayor. Él es más joven que yo, pero yo
apenas aprendía. En ese momento lo primero que hice fue interpretar una canción
de los Beatles. Siempre me voy a acordar de esa canción. Desde ahí me la pasé
practicando y practicando con la guitarra, aunque no soy buen guitarrista, me
he clavado más con la voz, ese es el instrumento. Aunque empecé primero con la
guitarra, mi instrumento principal es la voz. Es lo que puedo manejar más a mi
antojo
M.
A. H: Durante su estancia en san Cristóbal hubo un proceso, recuerdo que cuando
llegué a aquí hace cinco años, los vi tocar en la casa del pan y había en tu grupo
músicos muy buenos como Romeo. Se llamaban fraktal, ahora se llaman Avatara, (kiri: y en Estado Unidos nos llamamos astral
folk) ¿por qué? ¿Qué determinó esta
evolución?
K.
E: El grupo en realidad es una idea de transformación en la música, las personas
que van tocando con nosotros son gente que les interesa tocar y que al mismo
tiempo enriquecen la misma música que hago. Sí, enriquecen mi música, la que yo
compongo. Pero en la banda, cuando estamos juntos, todos aportamos algo hacia
eso. A veces llega con una idea, otras, los otros involucran su onda u otro le
mete otra cosa, por ejemplo como dices, cuando
tú nos conociste tocaba Romeo con nosotros ¿no? Y él le metía mucho la onda del
jazz, el buen bajo porque es buen bajista y eso también enriqueció las bases de
nosotros para hacer crecer más la música.
El nombre Fraktal surgió hace muchos años allá
en el DF, precisamente con la idea de ser un grupo sin fronteras musicales, sin
barreras, y para expresarnos como quisiéramos ¿no? Si alguien decía: a mí se me
antojó hoy tocar un blues, lo tocábamos. Si otro decía a mí se me antoja tocar
hindú, tocábamos hindú. Y todos nos íbamos mezclando e íbamos aprendiendo de
los otros, y el nombre también cambió porque ya era tiempo ¿no? Llevábamos
desde el 2001 con ese nombre hasta el 2009, ya eran ocho años y había cambiado
también la atmósfera en el grupo. Queríamos buscar otras cosas más allá de la
música, llevar la música a ser escuchada, más a tocarla en la casa, y eso es
diferente, entonces nosotros nos pusimos Avatara como un renacimiento. Un
renacimiento del mismo Fraktal, por eso el primer disco con el nuevo nombre se
llamó transformación.
Antoine:
¿con la misma formación de instrumentos?
K.
E: Básicamente sí, con los que ya llevábamos unos años aquí en san Cristóbal,
la misma alineación de músicos, que la base en realidad éramos cuatro músicos,
y a veces había más músicos que se iban mezclando y entrando a la banda
M.
A. H: De hecho cuando te veía tocar en el madre tierra a veces sólo tocaban
tres elementos, tu música se prestaba para no requerir de más elementos porque
siempre se veía y escuchaba completo el proyecto, tenían todo lo que una banda
necesita para llenar: la voz, la guitarra.
Pero dime ¿A qué se debe esta ligadura a los sonidos
guturales que se implementan en la meditación u ejercicios tántricos? ¿a qué se
debe esta ligadura con la india y estos sonidos?
K.
E: pues se debe a que he escuchado música de ese tipo y que me gusta; también
se debe a que a mí sí me gusta toda esa onda de la meditación. Yo creo, sobre
todo, que los seres humanos podemos llegar a otro nivel de conciencia del que
estamos ahorita, eso no significa que dejemos de hacer cosas de las que hacemos
como seres humanos, pues de entrada primero tenemos que vivir como seres
humanos y entendernos completamente para llegar al otro lado, si queremos
desapegarnos para llegar al otro lado, sencillamente no llegamos, según yo.
Entonces hay esa ligadura. Yo sí creo en la espiritualidad, creo en la
iluminación y creo en los maestros de tiempos pasados; creo que ahora cada
quien es maestro de cada quién, todos somos maestros observándonos unos con
otros, más que alguien te vaya diciendo, es así o por acá o por acá,
M.
A. H: Entonces ¿en tus letras, cuando cantas, va implícita esta idea o tratas
de plasmarla?
K.
E: Sí, va implícita, y cada vez que toco y hago mis sonidos guturales, trato de
meterme hasta donde me lleve mi propio cerebro, mi propio cuerpo, completo, ahí
voy.
Antoine:
Y ¿llamas a eso otro idioma para ti?
K.
E: Es... es que también creo en la telepatía, en que los seres humanos a veces
podemos comunicarnos sin las palabras, y eso al llegar a una telepatía completa
no necesitamos el idioma ¿no? Entonces el idioma es importante a veces para
muchas cosas. Y es bonito, sobre todo unos más que otros, pero eso es otra
historia. Y entonces, lo que compongo no es ningún idioma sino sonidos que voy
creando, palabras que me surgen en el momento, a veces compongo canciones y
repito las mismas frases, la misma palabra. Llega el momento en que a veces se
me olvidan y le cambio una letra o dos o tres, pero el mismo sentido lo voy
creando, y también ese tipo, a veces cuando improvisamos y hago esas voces,
todos son como mantras. Muchas veces intento también ideas de mantras o lo
primero que se me va ocurriendo, lo saco de esa manera.
(Continuará...)