Dormido en mi sensación
Marco Antonio Hernández Valdés
D. R. © Dormido
en mi sensación.
Marco Antonio Hernández Valdés, 2005
Primera edición 2013
Publicación independiente
Tulum, Quintana Roo, México.
Esta obra está protegida bajo una licencia
Atribución-No
comercial-No Derivadas 2.5
México de Creative Commons.
U
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n prólogo, salvo excepciones, como en todo, no sirve
de gran cosa. No es necesario leerlo, finalmente es la interpretación de
alguien sobre la obra de otra persona. Cuando, además, la obra que se prologa
son poemas; la subjetividad, la interpretación tan individual, hace que lo que
se diga, no tenga prácticamente importancia alguna. Entonces, continuar leyendo
estas líneas es infructuoso, es innecesario, es ocioso. Mejor sería entrar de
golpe a las palabras de Marco Antonio Hernández en esta aventura dentro de sí
mismo. Así pues no es necesario que siga usted leyendo estas palabras, insisto,
ahí están las de Marco. Sus palabras son sobre todo la confidencia honesta.
Bien dice uno de los personajes de Gabriel García Márquez en "DEL AMOR Y
OTROS DEMONIOS": "entre más honesta, mejor es la poesía". Y sí,
en mi opinión, hay momentos en los que el hálito poético se muestra pleno en
las palabras de Marco Antonio, esto sería suficiente para convencerle a usted
de arribar ya, de lleno, a las palabras del autor.
"Nunca
voltees la botella al revés, que la risa en el estanque puede
desaparecer", algo hay de aires Carrolianos, de Alicia, del país de las
maravillas. "Veo a la hora del ocaso una mano que se despide de nosotros. El
mar se agita/ y amortaja a sus muertos/ en su tarea cotidiana/ de menguar
lunas/ sobre sus azulejos "; y son las sombras, el tumbo de las olas, la
mar salada y sus poetas los que vuelan entre las palabras de Marco Antonio.
Momentos hay también de siglo viejo: "sueños que quedaron en el pasado,
que se nublaron, y esos son del pasado / ¿y las sombras del silencio?, del
silencio son. "Monta ya la aurora su caballo y se retira de los
montes", y me acercan a Antonio Torres Heredia, a la larga Andalucía, al
"camborio de dura crín", diría Lorca.
Suficiente
para tomar ya los poemas de Marco y beberlos, reconocer sus sabores en los
nuestros, su dolor en el nuestro, sus imágenes, su grito, su honestidad, su
temor, su soledad en la nuestra; suficiente para dejar de leer estas líneas y
abrazar las palabras de Marco, dejarse abrazar y abrasar por estos poemas, tan
cercanos, tan sentidos, tan dormidos, tan latentes en nosotros.
Octavio Limón, San Cristóbal, Chiapas, Diciembre de 2011
A mi gurú Darío Naidú
que en esos días venía en camino.
A mi madre-padre
este
libro sea un homenaje.
cortometraje
miedo...
me transformo — ¿por qué? —no lo sé.
oreja de la pared, transfórmate —¿en qué? —quién sabe,
tal vez en la boca labial de mi transmisor.
sacaré un permiso
para poder reír
el reloj donde vivía
se retrasó
•••
deshilo al tiempo y nunca desobedezco,
deshojo al encino pero nunca me ahogo,
desbordo el espacio y nunca humedezco
la alfombra de la piel del gusano.
besar al tiempo puede ser
cruel,
lombrices carcomen esta
frialdad
en las paredes...
no quiero seguir así: vivir como cuerdos,
cuando la estaca en la ciudad de las penas
empieza a matarme
y mucho menos ahora
el tornado nunca me enredará
aunque sople con agallas,
mis manos ya no tienen
miedos.
pero la soledad es la misma
siempre
los únicos que me están mirando
son luces de otro espacio
me tienen en la mira,
me quieren deshilar los ojos.
quieren saber por qué le grito
a las ranas.
quieren saber por qué le grito
a las ranas.
•••
con su propio pulgar,
el hijo del río
nunca marcó la línea
que nos separa del espacio
la línea, la línea
del plato
no dejará verte más.
la forma perdida,
estática y simétrica
de la madera del cascabel,
ilustró los contornos
del
manicomio
este borde guarda una imagen
en su centro
•••
te pediré permiso y me desgarraré
toda, pero toda la piel
la espuma me guardará en la luna
y mi cuerpo ya no volverá
al día de tus ojos,
cada vez que miro el insomnio
amarro mi frente para poder dormir
veo el concreto y nada ha cambiado,
tu sueño invade mi pensamiento
y mis ojos en ti hacen un campamento
es muy difícil
vivir del silencio
y en tu cara
se derrite la escarcha de los
suelos alucinógenos
mi corazón se calma lentamente
y aunque una voz me tranquiliza
miro que el espejo no retiene tu imagen.
tampoco retengo mis días.
...
las agujas vacías se las lleva
el espacio
en un paseo
ligero y trasnochado
me aferro a la realidad
pero sólo es un intento inútil
arrebatado de mis sentidos
aparento que tengo el control.
¿volveré a relajarme en la oquedad
del río?
demasiado tarde
hoy regreso al palacio
de los bohemios.
•••
¿qué será de mí si termina tu
sueño?
¿qué será de mí si me alejo a los sueños perdidos?
ojos. boca labial. silencio. lenguaje indefinido.
la hora ancestral es un tipo de comedia.
¡oh, sueños perdidos!
maquillaje de la soledad.
ojos. boca labial. silencio... ganas de reír:
las nubes se llevan el motín de un sueño.
es ésta la última dimensión de
mis sentidos.
bienvenidos todos
al flujo de sensaciones en mi mente
el pánico deja su soledad
y todo es tan diferente
me hundo en el vapor de mi historia
vuelve el espejo hacia su otra
cara
y verás que me tienen como un villano
en mi propia historia
soy el payaso de mi propia
comedia.
pero persígueme hasta la
soledad del desierto,
los sueños de mi mundo se pierden
en el Olimpo de los soles contigo adentro.
•••
a través del lente forjo
mensajes en la piel de los árboles.
mis uñas mueren de soledad.
los fantasmas me hacen a un
lado,
porque saben que puedo hablar con las almas
que me encuentro alrededor
de mi espacio
soy otra lastimosa víctima de
mi suelo
y despliego mis cabellos
con mis manos largas
porque el alma en pena
no me deja descansar.
la sábana y la cobija
no están en tu cuerpo,
ya se desintegraron
en la oxidación
del ayer.
me quito los tatuajes de mi
costado
han pasado sonidos frente a
mí.
mi piel estática es ser
fodongo.
•••
no me muevan la silla
que me puedo despertar,
cada minuto de ausencia
en el mundo real,
es un momento más
en el túnel de la locura.
sé que entenderás
que al miedo hay que alejar,
entre más tiempo para acá
nos dejaremos de apuntar
para no consumirnos ya
entre piezas y piezas de sol.
•••
noche... ya no encuentro
bolígrafos en los glosarios
y eso me sume en un delirio y me voy a otro sitio.
signo. barda. ya no existen.
la raíz del calor ya no es regada por las sombras
y eso hace que las rocas del océano se marchiten.
todo está en las líneas.
nunca has volado y me pregunto
si te levantarás del borde.
el tejado de la habitación
es el silencio de tu corazón.
el sueño de tu sonrisa acaba
y el cielo hoy parece inalcanzable.
•••
nunca voltees
la botella al revés
que la risa en el estanque
puede desaparecer.
cada calle del insomnio
se condena al manicomio.
yo no sé por qué
tu alma y tus desdobles
se consumen en las llantas
que dan vueltas
a los mundos acumulados
en las bicicletas.
cada vez que tú vienes
casi nunca puedes venir.
la neblina oculta tu rostro,
los huesos de tu polvo
saben a inmovilidad.
•••
el viento se acerca
desde antes
y las huellas que secó
el silencio
nos pueden desahuciar.
he visto a los pájaros
que se estacionan en los árboles
de un vecindario moderno,
he visto cómo se alejan luego
y cuando los gatos disecan sus
párpados
para jugar,
cuando la luz se cierra en su espacio,
me doy cuenta que todo es absurdo.
me doy cuenta que todo ha sido un sueño.
la soledad es la misma
siempre.
todo es tan distinto
nada tan prolongado.
sólo me causa risa
esta ilusión.
la risa es el lenguaje indefinido
de los locos.
emigré a su mundo.
ya te lo dije
estoy fuera del mundo real.
siempre me gustó ser curioso.
•••
ya no habrá lomas marinas
que me digan del por qué de mi soledad.
¿por qué mi palidez
enrojece mi historia?
contaré con las espinas del tiempo
para ya nunca, oh, demencia mía
ya nunca más me agote al salir el sol.
la vela del sur asolea a la
aurora
y se mancha con la piel del sol
se levantan las primeras
vislumbres
al asear mis neuronas,
se bañan con el agua del miedo
se congelan en las aras del lodo.
•••
el suelo se ahogó tirado en el
miedo.
las paredes están rasgadas
respiro la soledad de mis brazos
¿otro simbólico día de agitación?
el río se interpone entre la
marea
y el pánico de los pájaros
por eso tiemblo en el aserradero.
cuando el viento comienza a
sonar
en el interior de recámaras abandonadas
bosquejo mi risa proyectada en las paredes
sacudo mi cabeza
doy brillo a mis ojos
el canto de las hojas me hunde
en el sofocante comal de concreto.
entonces te pido:
imagíname detrás de los sueños
la cortina de las flores
se mancha en las dimensiones
aéreas
y la lengua del silencio toca
ya mi espalda:
panal del sueño, quita tu
lengua del atlántico,
si no tuviera espejos que mirar en la oceánica rivera
miraría tu rostro sin contemplar el suelo o
tus ojos, tu silencio...
es extraño, esta vida refugia
momentos extraños
pues me muerdo la piel como un loco,
como un desterrado mientras las plumas, volando
en la corriente del cuarto, nos dicen que otro día
acontece en los añicos de las
mismas paredes.
le pido al fuego quemar
al silencio que observa la
tarde...
ya la playa, la palmera, la
iguana del sol,
se apagan cuando soplo en la loma del viento.
oh líneas de las ramas, tierra
asoleada,
leo los sueños de mi gente dormida
en la arena de mi tiempo. sordomudo.
cuando las nubes me hipnotizan
miro a través de mi sensación
por eso imagíname detrás de
los sueños,
el aire contaminado comienza a ahumarme.
imagíname detrás de los sueños
y verás aullar a las ruinas modernas.
no me hipnotices a través del sagrado mito
que el clima tiene espejos lujosos
en sus órbitas
canalizadas por el
viento despoblado de ayer
escucha, si pudiera hablar tu
idioma
podría mostrarte que no sólo
me puedes encontrar detrás de los sueños
sino también en tu corazón.
sólo piérdete en el tiempo del
caos
para poder caminar en el orden cósmico
había perdido mi vista en el desierto del consumismo
y ahora encontré salida a este túnel de muertos.
flauta, piérdeme en el culo de
la iguana
sólo una vez más, quiero ver el sol
(hace tiempo que ya no miro
las olas solares)
me baño de miedo
me desbordo
pero nunca he conocido
la trayectoria
del bosque
planta de calor,
soledad, pared,
espinas, encías,
brincos, iguana,
león del sol,
brisa cronológica,
lluvia en el pasto,
casa de agua,
y todo esto
me pregunto si algún día
podrás salir de la ventana.
cada vez que se apaga, en mi
mano,
el hilo del lunar
mi demencia reacciona
veo las paredes y edificios
desplomados en sus miradas
deplorados por sus ensimismamientos
y pareciera, me miran
quita tu brazo del sonido que
parpadea
y en cada una de sus escamas fija
la mirada atada a la evaporación
si acaso los destellos se
voltean
regresa a tu mundo
yo permaneceré aterrado
a la espera de una respuesta
y no quitaré historia al reloj.
y nunca por lo que más quieras
me tapes con la cobija del sol
que puedes ahogarme en madejas de sueños
que no ves que mi atrapa-sueños ya no cuelga
del cuello de la tarde y
podría pasar sin ver la cascada
del cometa. árbol. incertidumbre.
el silencio se torna a mi habitación
pero la noche ladra allá afuera
aquí nadie se
perdió. aquí nadie se perdió,
en el río nadie cayó. solo se quedó el
olvido.
la montaña me contó que el sol
nunca quiso darle su calor.
el cerro y sus chaneques, sus
historias
que violan la escalera... en el ayer terminó.
sombras de las hormigas y algo
nuevo que decir.
muñeco, sácale tu ponzoña al pedante.
no termines con el microbio y su estupidez
que somos microbios de nuestros propios microbios
y sólo en eras luz puedo
encontrar
un océano debajo de las piedras asoleadas.
que tan sólo un segundo
el miedo contemple su mismo miedo.
manos de mi brazo,
perdónenme que hable con la puerta,
con el baño, con los postes, con la luz,
pero no me quiero sentir tan solo
no quiero colillas de cigarro
en mi rincón de tierra
hoja, pluma, sólo la quiero a ella
ella es el reflejo de la vía
láctea,
y nunca se golpeará en las enredaderas.
ella sabe a manzana
y huele a aurora.
de aroma de papel, quiero
naufragar en ella
que mis sueños es lo que quieren de mí.
por eso me salgo a contemplar la tarde,
por eso me baño de mis revelaciones
para que mis pupilas de ella se empapen.
yo sé que aunque no puedo
transformarme en tierra
sé qué hay
en la noche.
contemplo la caída
de los rayos luminosos del poderoso día.
contemplo las imágenes desconcertantes
que rondan las cloacas
y miro los brincos
que empieza a dar la eructada rana
al descomponerse con la aurora
que se convierte en arena.
aquí es un sitio para locos
locos que desangran sus uñas,
no hace falta mirarlos
para conocer sus sentimientos
sépase de una vez.
•••
¿por qué te ocultas en tus
oraciones?
abre la reja y saca tus pupilas
y tal vez le mirarás al pasado
esa sonrisa que no hace nada.
•••
¿por qué? ¿por qué
pueden nadar desnudos bajo la calle?
díganme, por favor:
¿viven en alcantarillas?
el cuarto está opaco
los abanicos serpenteando.
la vida desbarata
alcantarillas
la vida desbarata alcantarillas.
los vuelos se van al pavimento,
las aras descompuestas,
llenas de velas.
aquí están los ríos,
evaporándose
en su propia corriente,
el agua ya no tiene olor
y eso contamina los humos.
el fin del ruido dislocado
en el llanto
es lo púrpura de los mares.
Días de tedio
Veo la vida transcurrir
y le digo adiós.
Me despido del barco que se aleja
como un pañuelo tendido.
Veo a la hora del ocaso
una mano despedirse de nosotros.
El mar se agita
y amortaja a sus muertos
en su tarea cotidiana
de menguar lunas
sobre sus azulejos.
Veo a la hora del duelo
el escombro de la duda
que nos deja el tedio.
Estoy harto.
Estoy harto de ver llegar
gente foránea con rostros malignos,
vacíos, sin identificación.
Las veo llegar sin saludar.
Merodean los domingos,
aquí, donde nuestras voces
esperan el momento
de irse con el eco en la oscurana.
Y las veo asomarse
a todos lados;
como quien busca algo suyo,
algo perdido hace tiempo.
Se embriagan, nunca se hartan.
las veo asomarse,
hurgan sin cerrar sus ojos.
Las veo venir descalzas,
las veo soñar, fornicar...
hacer gestos
sin querer despedirse
de todo lo que se les antoja.
Te digo que he
visto pasar al sueño
pero no me di cuenta
ni cuándo ni dónde fue.
ruinas del tiempo
1
ya no existen nombres en mi
mente ni en mi espacio,
sólo la necesidad de ver a través del espejo
y descubrir si en realidad se puede descomponer
al agua, al tiempo y a un propio reflejo
como lo es la ilusión,
fricción de tiempo
venas de sueño sangrando
no creo poder parar al viento.
siempre irá hacia el sol o a la luna.
no podré estrellarme contra el norte
porque un huracán asoleado me perdería
entre las venas de la eternidad.
venas oníricas, velen por
nosotros.
eco de gatos recién nacidos,
toman de calabozo a los manantiales del campo.
me doy cuenta cómo la historia va quedando
en las ruinas despobladas.
llueve arena del desierto en la ciudad,
ruinas fantásticas, de melancolía.
2
desierto de la lluvia, báñanos
con tu claridad.
¡corramos tribu! ¡corramos juntos!
alejémonos del desierto que invade la lluvia
para que en la noche no nos goteen las arenas
que atemorizan a todo el pasado del fuego
alejémonos a las ruinas del
tiempo
corramos a las ruinas del tiempo en soledad.
como guerreros, tenemos otra guerra que librar.
3
¡aléjate! ¡no invadas mi
sueño!
mira que estoy dormido en mi ilusión.
¡aléjate, miedo, y no me mires en el espejo!
empezaré una nueva construcción del tiempo
para alejarte... para alejarme
sombras en el pasado
1
sombras en el pasado
en un mundo de irrealidad.
líquidas y enterradas
por una ciudad que me hunde más y más.
liquidadas y arruinadas
mis venas amorfas quedaron
la suave melancolía del mar
lácteo
se deja contemplar en primavera.
sombras que no puedo tocar
cuando son deshechos del tiempo.
2
¿cuántos sueños se me han
revelado?
supongo que ninguno; nunca he dormido.
si quieres que un sueño se te haga realidad,
tendrías que dormir
en un abismo, un lóbrego abismo.
¿cuánta melancolía se vuelve
agonía?
la del mar cuando se convierte en lágrima.
3
nunca sabré lo que pasó.
aquello sólo es una leyenda en la soledad.
¿y esos sueños pasados?
nadie se dará cuenta de
lo que pasó.
aquello sólo es una sombra en la pared
un legendario misterio, una mancha en los recuerdos.
4
hay sueños que quedaron en el pasado,
que se nublaron,
pertenecen al pasado
¿y las sombras del silencio?
—del silencio son.
estación del sueño
la pantera en la noche
se desata como un monstruo
que nos devora los sueños,
por eso vengo a convocar al viento
a que pase su última noche
con los leopardos,
a que se una
a nuestras
embotelladas
voces
que desatarán los nudos
de las gargantas
de la ciudad
las veces que he vivido
rondando al tiempo
en algunos lugares del clima,
en ocasiones le he pedido al espejo
que no se duerma
porque todavía hay cosas por reflejar
vi tu rastro pero nunca lo
seguí
el espacio nunca se
prestó para que tus manos
contemplaran mi cuerpo
cuelga en el espejo tu ropa de
miedo,
cuelga en el espejo tus ojos de espectro,
expulsa el suave viento
que pesa en tu mente
si el viento
contrajera incienso
de océano
y lo plasmara
a la orilla de tus párpados
nadarías en tierra mojada,
en tierras saladas
y correrías tras la manada
de barcos que se alejan
del crepúsculo
cuelga en el espejo tu ropa de
miedo
las pupilas de los niños
podrían desbordarse de miedo.
Dormido en mi sensación
Cuando duermo en mi sensación
las nubes parpadean
y las flecho con antenas.
Pájaros alegóricos desfilan
en el sonoro aire de la tarde.
Los acompañan filas de
mariposas
que quiebran la oquedad
entre hierbas sinuosas.
Cuando duermo en mi sensación
mi voz ya no da colores,
del aire flojo
se descuelgan minutos
y horas
que resbalan en la música,
eco del polvo.
Monta ya la aurora su caballo
y se retira de los montes.
Yo no creo en la soledad,
sólo en mi vacío;
abismo, longitud
de los hilos del cenit,
ceguera.
En el aire florecen
las cataratas de mis ojos.
El mundo está callado
y sólo escucho un zumbido
que se aletarga cada vez más y más
a la llegada de nuevas ilusiones.
El viento corre
por estos rincones
con olor a pasado.
Trato de
no retener
la memoria.
Dejo que se alejen
con un resabio en mi alma,
dejo que los pájaros
se coman su destino y
manejo largas horas
en mi órbita mental,
camino solo
buscando en los más alejados
paisajes
alguna risa
que me devuelva algo.
¿Qué me separa de tu mundo?
Perdóname, demente,
hemos jugado un juego
del que ya estoy cansado.
El tiempo se lleva mis días,
no veo ningún paraíso.
Sólo espero.
No sé hacer otra cosa.
No he dejado de concentrarme
y reír, mirar, abrir mis ventanas
y obedecer.
Pero mis sueños también son
pasajeros.
Viajo en el mundo
y los sueños del mundo
viajan en mí.
Se siente ya el polvo de los
pasos
de nuestros días, pero
parece que soy yo quien se aleja
cuando duermo en mi sensación.
Esquinas de cada lado...
La bicicleta, en el poste.
¡Qué largas son las puestas de sol!
Debajo de la marea del calor
el cenit del silencio se quema.
La rueda da vueltas
a mis pensamientos.
Ya no encuentro aires que me envuelvan
para atravesar la luz del tiempo.
Es por eso que me vierto en mi espacio.
Es por eso que ya no quiero ver
el bosque de los párpados.
Esquinas de cada lado...
Automóviles en sus órbitas de movimiento.
Sólo piérdete en los huesos de tu sensación
y abrígate del tiempo:
la neblina puede ser tu equipaje.
¡Qué largas son las puestas de sol!
a
Contemplo al sol vestido de su tempestad.
Si miras las olas
te darás cuenta que en los ríos
sólo hemos contemplado pánico.
b
No sabemos realmente
qué hay detrás de la oscuridad
hasta que alguien llega
y enciende una vela.
c
Los cisnes miran en las estrellas
en el espacio siempre es de noche.
Los gatos miran en las sombras,
nunca existió el tiempo
no pueden deshilar
el cuerpo ni la serenidad.
Ya no he podido ver nadar
a los gatos en la oquedad.
letreros abandonados en las
esquinas
nuestros sueños abandonarán la mente
al declinar el día
denle un silbido en su cabeza... un poste en sus manos
el triciclo no puede avanzar dentro de su cabeza
la parada del autobús no está en sus manos.
El movimiento del microbio
está ante nuestros ojos.
Demente, apaga la vela del
clima...
Desaparece del antiguo molino de horas.
Si supiera hablar la lengua de la iguana
hablaría con el suelo.
El movimiento de las aguas del
océano
está ante nuestros ojos.
Quizás el mundo que nos vigila
está escondido en los espejos.
No soy fotógrafo del suelo...
las ramas de estos árboles son frágiles
y el llano no tiene luz para fotografiar.
Una marejada de aire
caerá del cielo
y no haré nada para respirarla.
Las iguanas no me escucharán
para venir a pasearse en el desierto.
Se abrirán sus venas
escurrirán fiebre
y me rociarán de su sangre.
Pero el público no aplaude
y no pienso hacer algo para agradarte.
El campo se hace luz hacia la esfera que ocupo.
Sólo quedan en el aire
las órbitas de luz que se apagan tras mi espalda:
eso hace que me vuelva más desconfiado.
Tu sonrisa despeja a los
océanos
para poder ver
el barco que se aleja en silencio hacia alta mar.
El estanque de luz es absurdo.
El sueño no sale de las nubes
sino de la noche y
cada vez que se sitúa
en lo largo de la pupila
me desdoblo fuera del mar
mientras mi otredad
deja su piel para disfrazarme.
Mantén tu mano sobre tu cabeza
quizás sostendrás un poco mi aliento.
Cada segundo de psicosis
es un veneno en la piel de la mente.
La espuma marítima
guarda la piel de un reptil,
estática... perdida... sin manera.
La corriente de aire no podrá llevársela.
La imagen no sale de las nubes
sino de la noche.
Esquinas de cada lado
bicicleta recargada en el poste
semáforo radioactivo inclemente
sismo onomatopeya circular
origen secular del niño diluido
cuerpo tendido bajo las llantas
aroma del solsticio aparente
esquinas de cada lado
esquinas de cada lado
por momentos veo tu sonrisa
y en realidad no sé en dónde estás
por momentos te contemplo
cuando corres
y me asombro
me asombra tu capacidad
libertad libre de ti
pareces perseguida por un espejismo
quiere revolcarte, poseerte,
como si no supiera que en ti no existe
el arraigo a espacios superficiales
mas parece que las olas te llevan de paseo
me preguntan los ciegos
si realmente pasa esto:
—no lo sé.
Los gatos no sueñan
sólo se divierten
y entonces te pregunto si hay otro sueño
que ronde tras de ti
y respondes:
—no lo sé, realmente no lo sé.
Tócame las espaldas
siente cómo tiemblo,
siente el frío de este espacio,
siente mi temblor en ti
que es así como me sufren
los panales.
Tiempos antiguos
viven quemándome,
callándome
por eso, ayúdame a dormir,
ayúdame a romper
con el mundo
que traigo acuestas
del ayer.
Mira a través de mis ojos:
tus suspiros me tiran
como los panales me tiemblan
en las espaldas desgastadas.
Así tirado como estoy
sólo mis pájaros se alzan
y aquí quedo condenado
vertiéndome en la sábana
acurrucado en el sondeo
de la hoja sin nombre.
Como quisiera enfrentarme
pero así tirado como estoy
ni siquiera la risa de mi esfera
podrá levantarme.
Quiero creer que tu tristeza
se quedó escrita en un papel.
Niña enferma, ya no hay certeza.
No soy más que un tatuaje en tu piel
La espuma de arena
ya no hace gárgaras
en las corrientes.
Siendo en ti no soy en mí.
Qué nos ha pasado
después de acariciar
las orejas del llano.
Nada:
aquí no hay nada.
Olor de perfume
me abrigas
con tu diadema.
Sólo hay agua,
agua en tus manos... como espiral
agua en tus senos que florecieron
entre mis manos.
Mis ojos se partieron en dos
una parte eres tú y el otro yo,
una es tu sal; el otro, mi piel,
una es tu mar; el otro, mi pene.
El río se deformó
y la espuma se envolvió en las piedras,
el mar quiso desamarrar mis sueños
pero tu agua me mojó.
Como si todo fuera ojos
partidos, cristalizados o nublados
voy, cambio de rumbo
ahora me dirijo a tu santuario.
Quiero sonreír mientras te dibujo
en las láminas de mi sueño.
Espejo florido, avísame de los
abismos.
No quiero doblarme ante tu fragilidad.
Ojo silencioso, ella está aquí.
No puedo seguir viendo al silencio
cuando sé que nunca ha estado allí.
En tu piel
que estés bien
que estés bien
que estés bien.
epitafio
a un alma solitaria
a la memoria de mi padre,
don Jesús Hernández Velasco:
músico,
juglar y bohemio,
porque
siempre tuvo
una historia que contarme.
1
Contemplo las vigilias del
mar.
Las edificaciones que se hicieron
en el vuelo de los pájaros.
La crueldad nos descompuso,
¿Cómo lo hizo?
No lo sé.
Las ciudades ríen a carcajadas
mientras miro el cuadro de un gato.
No encuentro el sentido.
Puente, si te das cuenta las almas
están intranquilas,
ya no hablan de su pasado
¿tienen cubre bocas?
2
No me canso de volar
en senderos de lenguas.
Lo único que me agota es ver el norte
soplando derecha a izquierda
mientras una sordera me invade
en los pantanos.
No está del todo mal saber que si te duermes en el espejo
te transformarás cada vez que machuques al viento.
(En un momento salgo,
estoy concentrado... ligereza.
Las lagartijas te contarán lo que he visto).
3
¿Aún tengo algo que decirte?
Sólo que no me dejes vivir en los cactus.
Mirada. Parpadeo de miedo.
Camisa soledad. Ya es hora.
Flecha al temor. Mírame, ¡mira cómo quedo!
El tiempo y la humedad se están extinguiendo
cada vez que sacudo mis ojos
una muchacha se abraza a su insomnio.
Se aleja y se sienta en la constelación de autos.
Sostiene su puerta en la señal de su cuerpo ¿volverá?
Mi dominio se descompone en la luz. Mi mutación
se complica en las paredes de dibujos infantiles.
Permite que me ría de ti
pero al manicomio lo pintan así.
Su plumaje la contiene de reírse.
Cascada de dolor.
Es mi galaxia.
La sensación de la esfera me
platica,
la percepción del viento me platica,
escucho con atención,
mi percepción se comprime:
ll
u
e
v
e
b
r
i
s
a
el panal de la amapola
desborda al muelle.
Las alcantarillas huelen a humo. Llevo días caminando y la barba me crece.
Pongo atención a las anécdotas que cuentan los vagabundos,
pongo atención cuando el sol se retira
a su otra tarjea del tiempo
y permanezco inquieto
ante la bruma que se desata en la avenida.
Se le acaba el color a las
capas de la nada.
Se le acaba el color a los templos.
Se alejaba mi encarnación y corrí para alcanzarla,
<adiós sonrisa de mi alegría,
y gracias por hacerme sentir muy bien>
Tomé asiento y pensé en el
jardín del tiempo.
Nunca creí hallarlo, estaba sentado junto a mí
como copa. Las paredes se iban
del lugar
mas permanezco inquieto fuera de los sueños
Las tijeras se perdieron junto con los anteojos.
Marco una señal con mi mano
desnuda
en el silencio
mientras
la divagación nocturna
se va recortando en los tajos de los carriles,
vacíos que va dejando la gente
en los bordes de la realidad
y aprovecho el instante y
pregunto al mundo cibernético
quién visita mis delirios.
No sabe
qué responder
4
oscura quietud nos dejó esta ráfaga de sensaciones extirpadas,
el río se interpone entre la marea y la espuma
y cada vez que eso pasa tiemblo
el cerillo quema al foco del mar
no quiero perderme en el
desierto de tus manos
porque los sueños no terminan en el puente.
Líneas de luces nocturnas
ventana descubierta
¿por qué no puedo atravesar la puerta?
¿será que mi vida se nubló?
Basta de reír sólo cuando me
da la gana
tu lámpara alumbra los suelos muertos
se apaga
hice varias visitas a los ancianos:
en los asilos pondremos revistas pornográficas
y televisores que programen películas de asesinatos
los locos querrán venir a
vivir en los asilos
para defenderse de la vejez.
Pero nada notarán en los ojos
de la risa, aquella nostalgia
ya no tiene sentido en las calles abandonadas
pues el silencio en el espacio se da cuenta de todo.
5
Pared, déjame dentro para que
las banquetas
no me intoxiquen.
No quiero que los gusanos se coman mi piel.
6
Me he dormido tanto
que ya no sé dónde están mis pies.
Aquí habita un bosquejo
que el casero olvidó esparcir
en la luz de las cisternas.
Y es que este silencio no ha sido derramado
en todas las calles que espinan, para poder gritar.
Puedo caer aunque nunca me
perdí.
Pude contarle mis secretos al sendero:
cuando llegues a la mitad del puente
te encontrarás con el espejo.
Por favor no le cuentes del miedo
porque las alas no te cuidarán,
no le cuentes de lo falso de tu soledad.
Y me preguntas por
qué hablo
con las cosas
—No lo sé.
¡Enlútense, mis flores!
¡Enlútense, mujeres de rostro pálido!
Mujeres vestidas de negro
caminando hacia una noche sin velo.
Abandonen la sala de estar
rayos de luna.
Ya no habrá más invitados
a mi rincón funesto.
¡Enlútense, mis flores!
Ha llegado la hora de retirarme
de esta vida.
Es hora de retirarme
a mi lugar de origen.
Esta obra es propiedad
intelectual de Marco Antonio Hernández Valdés.