Tertulia Freiburg e. V.
Presenta el poemario:
aquí ya no es aquí
esta realidad,
tragedias y comedias,
se traspasa a otro domicilio
del poeta, jaranero y laudero mexicano, residente en Freiburg:
Marco Antonio Hernández Valdés
Presenta: Alex Zarzuri
Próximo sábado 6 de marzo de 2021.
Alemania: 20:00 hrs.
México: 13:00 hrs.
Col.: 14:00 hrs.
Argentina: 16:00 hrs.
Vía zoom
www.tertuliafreiburg.de
Costo del libro: 15€ (incluye costos de envío solo para Alemania).
Poemas a leer:
hay un nido de cucarachas en mi corazón
hay un nido de cucarachas en mi corazón
acamparon
a media noche
pero nadie las vio entrar
un nido de cucarachas
tiembla en mis podredumbres en mis
viseras
a
la espera de exhumación
al final de la alcoba
y te parecerá ridículo
pero un nido de cucarachas
se despliega fulgente
como un río híbrido
que quema mis células
como ómnibus destartalado
sembrando dudas y
cuyas cuchillas
mi piel cortan,
la fragmentan
♦
acerca tu mano mésela suavemente
bordea
los poros de mi pecho
permea
sus bordones
sacude lentamente
bordonea mis pupilas de hiedra
no quiero sentir el brío
de la incertidumbre
no quiero sentir escalofríos
ni la mansedumbre
de mis arterias dislocadas
¿sentirás escalofríos?
¿del por qué suele pasar?
te lo dirá la fricción
de sus anonadadas patitas,
de sus balbuceos
que desembocan en mis cabellos
y defecan en mis muestrarios genéticos
o se enredan en mis órganos
en donde se amamantan de mis desechos
y una
legión de cucarachas desembarcó en mi nariz
se estableció urgentemente en mi
corazón
legión de paracaidistas
que alevosamente invaden
y construyen su centro de operaciones
en
mi corazón delirante
y ahí adentro
esculcan mis arterias
amenazan con blindar sus alitas
con trajes de plomo
y pretenden
escurrirse en mis resacas,
sudar mis escorias
para que la vida pase
y las pasiones
se me amedrenten
de alcohol
♦
si alguna vez me ves escudriñar entre
roperos y anaqueles
o
me ves angustiado despostillar esperanzas de mi angustiada sonrisa, ahí donde las ratas roen los sillones
antiguos, te
pido que busques una cuña para
atrancar la puerta.
y si algún día las ves erigir un pueblo
de ruinas o envenenar
de
su fétido olor mis sienes, mi nariz,
avísame,
tendré
que allanar su nido y
atacarlas
con una porción de heavy metal
♦
y aunque caminen derramando sangre donde
los orificios
de la quietud se enarbolan al cumplirse la hora,
la savia derramada de la luna en los reflejos de
la
playa y la sinfonola que dramatiza cuando se rompe la espuma
no dejarán de aturdir a esta alma perturbada
poseída
del sopor de las cucarachas
que olas
rompen, olas rompen
pero si
te sientes un residuo más al que no le importa desparramar sus sentidos
ante
una turbia luz que antecede tus momentos noctámbulos...
escarba entonces yo rociaré pesticida
desenvainaré mis discos dispuesto a
todo
dispuesto a escurrir su incierto
magnetismo
que ni con radiactividad o aire nuclear
evitará que se expandan en lo inverso
de mi latitud
ante su volumen, brío mi cuerpo respira adherido al
mundo
sus facciones restablecen su aletargado
licor
mira lo que somos
cuando las moscas se coman nuestros
cuerpos
finalmente veremos lo que fuimos
del poemario: aquí ya no es aquí
2018
de Marco Antonio Hernández Valdés
residente
1
Me enlodé del ruido de los caracoles
coleccionados
en una tersa noche pirata,
bajé al fondo de su espiral
y
por eso el espacio que ocupo
se
trasquiló en dimensiones épicas,
en
aromatizantes volátiles para autos
hay veda en este espacio,
los
insomnios decrépitos conjuran sus partituras
ante
los músicos que petrificaste en el parque
orbitan antenas parabólicas orbitan
bloquean el perímetro actual
de
la tarde subyugada
me
siento a inventar conjuros
en
las naves de la cofradía
orbitan
antenas parabólicas orbitan
cortinas
de movimientos independientes
momento
de cúpulas hecho añicos, deteriorado
mas
me paseo entre galerías de tatuajes,
presencias
velando
el cuerpo presente del ónix.
2
el aquí de otro momento
1
no te vas tú; lo que se va es un
pañuelo fundido de añoranzas, de esqueletos y párpados agotados. lo que se va
es un incierto vaivén colgando de una rama que oscila en la hojarasca.
la
mugre purga angustias apagadas en el alumbrado: olor a incienso. me da escalofríos
el miedo misterioso que cruza la sala detonando silencios amurallados. y lo
extraño no eres tú, lo que me parece extraño es el ojo del gato. los restos del
fuego quedaron irreconocibles.
2
telón. ahora viene el carruaje de los cinco sentidos;
partieron à l’obscurité de la sala contigua. ahí, desde tiempo inmemorial,
guardamos los tímpanos del hígado disecado. no sé si para formar nuevas tiras
cómicas o por la necesidad de inventar aparatos receptores.
3
no tu pelo, no tus ojos; tus manos impulsadas por la
escafandra del orbe. tu lenguaje que opera de diferente manera al graznido del
ave de rapiña.
no tú ni tus manos, el
otro. ¿seré yo sosegado en las tinieblas? vi tus cabellos pero nunca los llamé,
su dislocado diafragma, como un cretino, dañado vuelve su cuello hacia la
botella y atrás, altas catedrales de celofán se alzan encaladas atravesando el
blanco cielo: ahí tienen lugar señales diseñadas para tomar la región aturdida
de tus pies. no hay manera… mejor ven y cálmate bajo las altas catedrales de
cedro; los caminos nos conducen hasta la muralla de los muertos.
4
no tu ego, tu vacuidad que orbita en la transferencia de
signos y señales: pantomimas desfiguradas en actos que se cierran o se
desplazan a la levadura montuna.
5
hace tiempo me invitaron a pasar al relicario de los
desobedientes, de los incapacitados de ley y cordura, de los que aún imitan la antigua
manera de crear fuego. conocí a gente que odiaba usar brújula y se perdió.
fui invitado a pasar
al relicario de los dislocados; de los que andan por caminos ignotos, sin
patria ni ciudad natal y escuché las confesiones de los enfermos mentales, de
desertores de la milicia, encolerizados y dirigidos a su nefasta mezquindad:
hace tiempo busqué el jardín de los oprimidos; los
subyugados me dieron asilo.