24/5/12

Encarnación


Encarnación


Me he inyectado tanto de tu sangre
y ya no sé quién soy en realidad.
Parece que encarno en ti
utilizando la metamorfosis de la pasión.

Veo


Veo.
Acción confusa.
Todo se mueve allá arriba. Tal vez es un estado de no-ver el que experimento. Un estado de transición en el que me quieren hacer creer que sigo con vida. Un engaño vestido de una dolorosa y nauseabunda presión que me oprime el pecho, una tarántula venenosa que imprime su baba en mis cejas cercenándolas hasta derretirme. Se siente como si todo estuviera dislocado en la realidad. Nada se mueve; sólo sombras. Permanecen estáticos. Gestos de confusión. No creen lo que pasó. De pronto el dolor ya no actúa sobre mí. A momentos se trata sólo de una punzada en mi cerebro destrozado cuyas sensaciones son confusas, llenas de contradicciones y de algunos saltos de nervios que no actúan sobre mi cuerpo dormido y enajenado por la confusión, que acarrea un no saber qué es lo que está pasando -y en medio de estas contracciones de huesos y sentidos, siento intervalos de lucidez (la lucidez viene con su estúpido sopor que provocan los miedos a no ser yo). ¡Y que la esperanza no venga en este instante a dar su golpe de gracia! Quiero que todo pase sin sorpresa alguna. Que alguien llegue y obstruya mi campo de visión y me deje con los ojos cerrados o sin moverme. Estoy sofocado, todo lo que involucra la acción de ver me está matando. Ahora lo entiendo, por los ojos entra la vida y todo lo existente. No hay dios ni anti-dios en este minúsculo espacio, ninguna luz viene a dar claridad a las sombras que se mueven allá arriba y que se quedaron estáticas: el viento ya no causa su efecto en mí. Apenas y lo siento. Apenas y tengo razón de lo que acaba de pasar. Es como si el tiempo se hubiera detenido para mí. Pobre imbécil que soy, quizás esta sea mi muerte. Parece una simple pesadilla. Todo me molesta: lo que haya pasado dejó abiertos mis sentidos y mis poros a nuevas sensaciones ajenas a todo. Cualquier tropiezo de cualquier molécula viva con mi cuerpo, me entra y sale de mí. Los nervios están abiertos también; algo me permite sentir, pero bajo una oscura capa de dolor que parece obstruir mis razonamientos. Miro bajo una sombra, todo se quedó en un recuerdo desviado por el pensamiento. El caso es que no tengo recuerdo reciente, sólo escenas que pasan volando por mi memoria, se borra. No puedo moverme, ¡que alguien me despierte! ¡Que alguien me haga entrar en razón! Pero nada, sólo veo una ligera mano que se acerca a mis ojos y los cierra, y todo desaparece y yo, sin movimiento ni razón alguna de lo que está pasando. Ahora sólo escucho voces pero muy lejanas, parece que cada vez se van alejando más de mí. Un silencio me inunda. Me ahogo en este silencio que lleva un remolino al que desciendo conspirando contra mi cuerpo inmóvil. Se me secan los sueños. Se me secan las pupilas y no hago otra cosa que esperar en este intento inútil que me sofoca y cada vez se vuelve más insoportable. Y me siento incómodo como un niño que juega a las canicas con un adulto que se las quita y huye corriendo. Siento los electrochoks, pero es el último indicio que tengo de mis sensaciones. Mejor iré a la luz.

23/5/12

Movimiento musical en San Cristóbal de las Casas


Divergencias

Las discrepancias generadas en torno a la baja calidad de foros en San Cristóbal nos dejan entrever su dilema en cuanto notamos que a pesar de los festivales musicales organizados por los músicos de San Cristóbal de las Casas, la dignificación del músico está lejos de efectuarse como un hecho. En los diálogos que se sostuvieron con las mesas directivas de los bares, se llegó a un acuerdo que hasta la fecha aún respetan los bares, digamos, con mucha más trascendencia en el pueblo, sin embargo, los hay en donde crean foros, que ahora disfrazan sus intereses propios: la ventaja y explotación, con una careta de bonachones-santurrones cediendo el micrófono al artista, cuando mediante la mercadotecnia parafrasean el eufemismo de que el escenario es de nosotros:
                            “aduéñate del micrófono
                            todos los jueves”
        
                            “micrófono abierto
los lunes”
         estos eufemismos baratos trasgreden nuestra integridad como músicos profesionales y la reducen a la simple condición de malbaratadores de su arte por una simple cerveza, la gratificación y aceptación, subordinada a la difusión a la que se entregan por arte de magia.
No quiero parecer un radical que salta, respinga y hace su capricho ante tal evento, pero pacíficamente podríamos empezar por darnos a respetar si queremos el respeto de los espacios a donde presentamos nuestras propuestas musicales.  

Poemas sueltos


vivo encerrado en un espejo
de vista
donde todos somos el molde
de un reflejo

estoy perdido en láminas
de tu piel
donde todo en realidad es
trozo de papel

me he hundido tanto
que no sé si quedarme
agarrado de mi brazo

he dormido tanto
no quiero llegar
a ningún lado

no me interesan tus reglas
sólo sigo mis pasos
y escucho mi habla
y escucho a mis huellas
y escucho a mis huesos

nadie dirigirá mi rumbo