El hueco
Esto, todo
esto, Dios mío,
no me
quejo, pero no es
como lo
soñamos.
Hugo
Gutiérrez Vega. Apuntes de mayo
1
salir
casi a la
fuerza
y posarse ante
los luminosos residuos
que va dejando
el trayecto del sol
a la hora de la siega
y posarse ante
los luminosos residuos
que va dejando
el trayecto del sol
a la hora de la siega
con una voz
vacilante,
casi autodidacta,
casi autodidacta,
nombrar
los atardeceres
sin siquiera saber sus nombres
—y aunque los supiéramos
ni uno mismo los entiende—,
contar sólo con la firmeza
de las manos
para enfrentarnos
a esta lucha imaginaria
de cada día;
desatar la hecatombe
la sutil revancha
la encolerizada pamplonada
que arrasa con nuestras lágrimas
y fingir con la voz entrecortada
una sonrisa dolorosa antes llena de vida
los atardeceres
sin siquiera saber sus nombres
—y aunque los supiéramos
ni uno mismo los entiende—,
contar sólo con la firmeza
de las manos
para enfrentarnos
a esta lucha imaginaria
de cada día;
desatar la hecatombe
la sutil revancha
la encolerizada pamplonada
que arrasa con nuestras lágrimas
y fingir con la voz entrecortada
una sonrisa dolorosa antes llena de vida
2
¿qué
infringida necedad abastecerá nuestra cólera?
¿qué
sonrisa perforará nuestros pálidos rostros
vacíos por la intemperie que avasalla contra nosotros?
¿qué le depara a nuestra empedernida danza
ahora que convocamos nuestra angustia cercenada?
vacíos por la intemperie que avasalla contra nosotros?
¿qué le depara a nuestra empedernida danza
ahora que convocamos nuestra angustia cercenada?
he arqueado farolas bajo el oscuro tajo de la yerba buena
dicen que es buena para los dolores de estómago,
he cantado y escrito, nada tiene sentido
¿nos derrotará el día aunque sepamos que se aleja
bajo el oscuro tajo bipolar de esta patética ciudad?
se están secando los inciensos allá en el otro cuarto
desde aquí escucho sus crujidos inclementes
los huesos se me presentan tumefactos, ardientes
sin el aliento que los impulsa a soplar
los aeroplanos se hunden en el invierno de las nubes
nada abastecerá este segundo de inanición
en el que
el alma convalece unida a la tierra
en el que los quejidos del putrefacto foco
entierra las cenizas del sueño, que parece otro
al cerrar los ojos, y al apretarlos con los párpados,
en el que los quejidos del putrefacto foco
entierra las cenizas del sueño, que parece otro
al cerrar los ojos, y al apretarlos con los párpados,
a punto de
sofocarlos, les hacemos daño
3
¿volverá a
caber luz dentro del hueco de mis manos?
¿habrá un
soplo de aliento en estas brasas
que son los
huesos debiluchos
o será inevitable su doloroso final?
o será inevitable su doloroso final?
nada es
suficiente, querido mundo, para asestarle un nocáut
a los berrinches del niño abandonado, ni siquiera los restos
de esta mañana ya enterrada junto con sus significados
a los berrinches del niño abandonado, ni siquiera los restos
de esta mañana ya enterrada junto con sus significados
al llegar
la tarde abriré mis brazos y celebraré su victoria:
la muerte
proclamará su triunfo sobre el hueco
y la vida humildemente aceptará su derrota.
y la vida humildemente aceptará su derrota.
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