24/11/12

de Dormido en mi sensación

      (Fragmento)
                VII


Esquinas de cada lado
bicicleta recargada en el poste
semáforo radioactivo inclemente
sismo onomatopeya circular
origen secular del niño diluido
cuerpo tendido bajo las llantas
aroma del solsticio aparente
esquinas de cada lado
esquinas de cada lado

por momentos veo tu sonrisa
y en realidad no sé en dónde estás
por momentos te contemplo
cuando corres
y me asombro
me asombra tu capacidad
libertad libre de ti
pareces perseguida por un espejismo
quiere revolcarte, poseerte,

como si no supiera que en ti no existe
el arraigo a espacios superficiales
mas parece que las olas te llevan de paseo
me preguntan los ciegos
si realmente pasa esto:
—no lo sé.

Los gatos no sueñan
sólo se divierten
y entonces te pregunto si hay otro sueño
que ronde tras de ti
y respondes:
—no lo sé, realmente no lo sé.

de Dormido en mi sensación

                (Fragmento)
 
                VI


El sueño no sale de las nubes
sino de la noche y
cada vez que se sitúa
en lo largo de la pupila
me desdoblo fuera del mar
mientras mi otredad
deja su piel para disfrazarme.

Mantén tu mano sobre tu cabeza
quizás sostendrás un poco mi aliento.

Cada segundo de psicosis
es un veneno en la piel de la mente.

La espuma marítima
guarda la piel de un reptil,
estática... perdida... sin manera.
La corriente de aire no podrá llevársela.

La imagen no sale de las nubes
sino de la noche.

de Dormido en mi sensación


(Fragmento)

                  IV
El movimiento del microbio
está ante nuestros ojos.
Demente, apaga la vela del clima...
Desaparece del antiguo molino de horas.
Si supiera hablar la lengua de la iguana
hablaría con el suelo.
El movimiento de las aguas del océano
está ante nuestros ojos. 
(Quizás el mundo que nos vigila
está escondido en los espejos). 

de Dormido en mi sensación

(Fragmento)
I


Esquinas de cada lado...
La bicicleta, en el poste.
¡Qué largas son las puestas de sol!
Debajo de la marea del calor
el cenit del silencio se quema.

La rueda da vueltas
a mis pensamientos.
Ya no encuentro aires que me envuelvan
para atravesar la luz del tiempo.

Es por eso que me vierto en mi espacio.
Es por eso que ya no quiero ver
el bosque de los párpados.

Esquinas de cada lado...
Automóviles en sus órbitas de movimiento.
Sólo piérdete en los huesos de tu sensación
y abrígate del tiempo:
la neblina puede ser tu equipaje.
¡Qué largas son las puestas de sol!

Dormido en mi sensación


Dormido en mi sensación

Cuando duermo en mi sensación
las nubes parpadean
y las flecho con las antenas. 

Pájaros alegóricos desfilan
en el aire sonoro.
Los acompañan filas de mariposas
quebrando la oquedad
entre las hierbas sinuosas. 

Cuando duermo en mi sensación
mi voz ya no da colores.
Del aire flojo
se descuelgan minutos
y las horas
se resbalan en la música,
eco del polvo. 

Monta ya la aurora su caballo
y se retira de los montes.

Yo no creo en la soledad,
sólo en mi vacío;
abismo, longitud
de los hilos del cenit,
ceguera. 

En el aire florecen
las cataratas de mis ojos.
El mundo está callado
y sólo escucho un zumbido
que se aletarga cada vez más y más
a la llegada de nuevas ilusiones. 

El viento corre
por estos rincones
con olor a pasado,
lo noto.
No trato 
de retener la memoria.
Dejo que se aleje
con un resabio,
dejo que los pájaros
se coman su destino.

Manejo largas horas
en mi órbita mental
y camino solo,
buscando en los más alejados
paisajes
alguna risa
que me devuelva algo. 

¿Qué me separa de tu mundo?
Perdóname, demente,
hemos jugado un juego
del que ya estoy cansado.

El tiempo se lleva mis días,
no veo ningún paraíso.
Sólo lloro.
No sé hacer otra cosa.

Mis días
terminarán con velas encendidas,
no he dejado de concentrarme
y reír, mirar, abrir mis ventanas
y obedecer.

Mis sueños también son pasajeros.
Viajo en el mundo
y los sueños del mundo
viajan en mí.

El polvo de los pasos de días venideros
ya se deja sentir, pero
parece que soy yo quien se aleja
cuando duermo en mi sensación.