días de hambre

días de hambre sofocantes
llevamos días y noches
y contamos minutos y horas
y las estrellas nos cuentan
y a veces nos les escapamos
pedimos pan y nos dan tiros
oramos agua y nos purgan eternidades
pero llevamos días, noches, semanas, meses y años
con el mismo pinche gobierno

¿a qué hora pusimos el despertador?

spiderman existe

spiderman existe y quien se atreva a negarlo 
debería recibir justamente una paliza
por incrédulo y sacrílego

ahora que recuerdo,    entre toda la indumentaria
intelectual de San Cristóbal de las Casas hubo
un tipo entusiasmado por los discursos que defienden
la existencia de un dios; un tipo entusiasmado
por la prédica, las parábolas y las epifanías soberanas

y solía decir que la única prueba de la existencia de dios
es que lo pensamos y si nuestra mente es capaz de imaginarlo
de concebirlo     es suficiente para demostrar su existencia

bajo su premisa entonces se diría que spiderman existe
y quien se atreva a negarlo debería recibir
no sólo un castigo sino también el suplicio eterno 

frente a mí, el mar caribe...

frente a mí 
sobre la arena blanca
el mar caribe reposa sus idilios.

ahí está el mar caribe. 
ahí está el mar caribe. 

lo resguarda la podredumbre 
urdida por los edificios de cancún. 

mientras contemplo la caída de su sol 
entre sus piernas 
sueño enfermo

ofrendas de tinieblas 
partiendo la noche fresca. 

luz empedernida 
cimiento de lóbrega bóveda, 
surge su penetrante colisión.

pero ahí está el mar
a un costado de las playas
reposando su quietud
entre las faldas de Isla Mujeres

ahí donde algo adormece en sus ojos
bajo su azul cósmico
hemos visto su relieve 
       verde una y otra vez
hemos visto esta esfera
       palidecer sobre su lomo

atardece y pronto iremos a casa.
los pájaros deben ponerse
y el sol temprano desaparecer

si fuera un dios

si fuera un dios benévolo 
uno con coraje, sin miedos,
uno que escudriña secretos,
que está dispuesto a vengarse
de sus peores enemigos,
dispuesto
a hacerte un interrogatorio 
con un detector de mentiras,
si fuera ese dios benévolo
créeme, nada me enfadaría
más que me dijeras
que crees en mí
solo porque el hombre
en su infinita soledad
está condenado a creer en algo
solo por creer 

reminiscencias

Últimamente me ha dado por extrañar lugares; incluso aquellos en donde ni siquiera he estado.