Hiedra,
ora por mí
hiedra, ora por mí
guadaña,
ora pro nobis
cristales
reaparecen
y abrigan
pensamientos
adyacentes
de fatuos
sonidos
instante
desvencijado
ocasiona
la huida
de mi transmisión.
agua en
descomposición, diluida en la botella,
podrida a
causa del añejamiento
de una
cultura que nació opuesta
al
nacimiento del sol
que aplaca
tu jauría de tempestades
y arrastra
mis uñas
¡oh! aves… antenas pararrayos
—el
antiguo paraguas no ha dejado
de
secretarse en su longeva substancia,
por eso
vengo a este lugar.
¡oh aves! naveguen el sonido del viento
aplacado
(mi
camisa sucia arroja desperdicios
a las
venas cristalizadas
en la
pálida cortina de luz,
de
luminosidad derretida)
el alto
índice de charcos
provoca
rabia:
las aguas
arrastran animales
demacrados
momento:
canto por la unidad mesoamericana del
neo-paleolítico
: vivo
creyendo que algún día todo lo
que fue
agua resurgirá de entre la
atmósfera
y que las aves volverán
a ser
nidos sobre el viento
: vivo :
insisto :
inconsistencia
de sal
raspaduras
de tercer grado
banderas
sumergidas en mis sienes
perímetros
acordonados; no lucho
—hiedra,
ora por mí.
: vivo
creyendo que lo que creo
se debe a
que de niño
sujetaba
voces que me tranquilizaban
: vivo
creyendo las leyendas
de los
niños
leyendas
ahogadas en los charcos
ahora
zarpa la
gota
zarpa la
gota
quizás tu
problema —me dicen,
es
creerte todo lo que tu mente cuenta.