31/1/15

Vorstellunggespräch

Vorstellunggespräch

mi nombre es Marco Antonio Hernández
mi nombre es Marco Antonio Hernández y soy capaz de pronunciarlo mientras el tiempo pasa y me lo permite
mi nombre es Marco Antonio Hernández y mi nombre es de todos los nombres al menos un pedazo, y vengo y provengo de un país ignoto que se encuentra exactamente al otro lado de la imaginación
de un país ignoto que se defiende a sí mismo y defiende su dignidad de la rapiña partidaria que se suscita en sus memoriales de ultratumba

y provengo de un país de cifras, de un país que la estadística solventó bajo su poderoso voto

de un país donde mil pesotes ahora te valen la mitad de tu vida en lo que transcurre un mes
donde además tu salario es una reverenda chingadera y ni aunque les menciones a dios, la vida hará que el día pase más lento de lo que deben pasar los días más lentos de la vida

gloria a dios, gloria a la pachamama
nací en un mundo que es su propio mundo
nací en un pedazo de tierra arrebatada a las manos consagradas a su siembra
nací en un pedazo de tierra a donde van a parar tus pensamientos en una fosa que cavaron los ministros y consejeros de la cámara de diputados

aquí nací y doy fe de mi acto de presencia
mi país es un país de ficción, mi país se puede dibujar a cuarentaitrés voces, y podríamos reconstruirlo con 43 piezas de Lego

porque mi país,
mi país es grande y mantiene a 112 millones 336 mil 538 habitantes que piden pan por multiplicación y ocupan por cada ilusión un metro cúbico por la raíz cuadrada de sus pensamientos
y mi país es un país producto del imaginario
y mi país es un país trazado por obituarios en el periódico
y mi país se puede visitar en tan sólo un Like al mapa google
un mapa de google que ni con toda su tecnología ha podido hallar
las fosas de 150 mil víctimas por la narcoviolencia
según las estadísticas este año calculan 5 mil 98 desaparecidos
que son bastantes números para una mente calculadora que vive al día, pero, porque mi país es un país de cifras
en donde uno sobresale por la indiferencia a la que nos han condenado

digo y sostengo y me pronuncio:
vengo de un país donde la felicidad se privatizó
para unos cuantos, donde la corrupción nos delata y no importa si te llamas Marco, Pedro, José, María, porque al diablo con los nombres, cavamos más fosas de lo que creemos
mi país se volvió un país endemoniado
y ya ni se nota
anda de boca en boca y de mano en mano y a un precio muy bajo
que la gente que lo transita se acostumbró a la violencia firmada por el narco
¿seremos capaces de recordar los finales felices que tanto nos promocionó la televisión en los momentos más difíciles de la pobreza?
¿seremos capaces de ir?
¡ah! en este País de donde no vengo de donde no soy y a donde no provengo, este país
en donde he sobresalido por mis apodos, mis inutilidades, mis defectos
en este País me llamo Marco Antonio Hernández y mi nombre consta en un documento expirado por las mismas corruptas manos que tanto han disparado contra su propio pueblo

idilio



también tengo mi amor
me enamoré de mí mismo
en el momento equivocado
en las circunstancias menos propicias
en el café menos concurrido
a una hora en que todos 
              agarraban sus cosas
listos para pagar sus cuentas
              y largarse de ahí

me enamoré de mí mismo
ante un espejo con postales
ante una mesera cuyo nombre
quedará borrado por la amnesia
provocada por la cruda;
me enamoré ante la mirada
recelosa de los comensales
que se marchaban de ahí
ante un número telefónico 
que me olvidé de anotar
ante una muchedumbre de 
moscas trepando por la ventana
ante el sonido mustio y triste
de una caja al ser tecleada
para hacer la cuenta
de las mismas tristes comandas
que los meseros entregan a
sus clientes marchitos
por su dejadez

y así, entre el cántico de una rockola
cuya canción no escuchamos
entre lentos y lerdos sonidos
del crujir del croissant
me enamoré de mí mismo

la mesera nos dejó solos 
y no quise invitarme a bailar
por miedo a ser visto
por los ojos curiosos
de los meseros que a esta hora
injurian en silencio a los comensales
hartos de lo mismo

y no sé qué vaya a ser de mí
pero si escapo esta misma noche
si dejo la propina y me embarco
en mi viaje 
lograré algo 
aunque por supuesto
siempre habrá la opción
del “hubiera”
por detrás




26/1/15

...

ahora vengo 
espérenme si quieren
me iré a iluminar

irreparable





irreparable costura del día
el día está roto en pedazos
pedazos inservibles       defectuosos
imposible reparar los daños
menos ahora que se han corrompido
         las gacelas de fiebre
y rompe el día sus olas
y el mar se lleva lo que se le escapa de las manos



25/1/15

La vida pasa
como el agua del canal.
Oigo un susurro.