28/2/12

Don Tauro y sus Pupilos

Don Tauro y sus pupilos:
claves para descifrar esta puesta en escena





“La especie humana lo exagera todo:

a sus héroes, a sus enemigos, su importancia.”

Charles Bukowski





Octavio Limón a mi parecer es un ingenioso actor multifacético, cuyas puestas en escena nos permiten observar que, con simples elementos, uno es capaz de crear una historia. Desde “Días de tele” nos ha dejado entrever todo un desván de ideas contundentes que reflejan su postura ante esta realidad, pues cada puesta en escena que nos regala, suele trabajarlas con sutileza para despertarnos el interés por el género. Entre risas y oportunos comentarios durante sus obras, el público respira un ambiente impregnado de sarcasmo, pero lacónicamente justificado. Así, en Don Tauro y sus pupilos, obra que nos muestra a un Octavio desenvuelto en los escenarios, aborda la temática que hasta ahora ha generado suspenso, sobre todo a quienes se dejan apantallar con el advenimiento de las profecías mayas este dos mil doce, y que hasta ahora han sido el pilar de la economía para los predicadores.



Para hablar de esta puesta en escena, viene al caso tomar prestada una frase de Charles Bukowsky, pues lejos de abordar la temática del dos mil doce como un evento trascendental, Octavio Limón nos reafirma lo ya citado por este último autor.



Con diálogos expositivos nos comparte su crítica a la realidad por la que estamos pasando, pues no se puede ignorar la guerra en México. Y si hay un dos mil doce en el que el fin del mundo estará presente como algo sustancial, habrá que analizar nuestra situación para darnos cuenta de que no hay castigo mejor justificado: nuestra realidad. El abandonarnos a promesas divinas no resolverá nada. Mucho menos el elevar plegarias o volvernos adeptos de una cofradía: oscuros guardianes de preceptos espirituales, con el afán de salvar nuestra alma, sin embargo la salvación de este planeta está en nuestras manos.



En Don Tauro y sus pupilos, nos plantea la parodia del personaje al estilo Anacleto Morones de Juan Rulfo, y nos hace pensar en leyendas pueblerinas que suelen girar en torno a un mito materializado por la voz del pueblo, pues hay la tendencia a personificar a los héroes o guías como las presencias divinas aquí en la tierra. Don Tauro tiene la palabra, es dueño Del Verbo, y su glamour radica en el poder que le han dado sus pupilos quienes creen incuestionablemente en la palabra de su maestro, el guía espiritual que nos habla del dos mil doce con un toque maquiavélico y jocoso. Con Don Tauro y sus pupilos está claro el mensaje: no hay por qué embobarse con maniqueístas chantajistas, charlatanes y redentores, puesto que no necesitamos líderes en nuestras vidas.



Con gran ingenio y un lenguaje conciso y directo, el autor de “La caja de cordero y otras historias” le asesta un nocáut con sutil gancho a los charlatanes y románticos advenentistas de las profecías, por cierto desvirtuadas, de los antiguos mayas. Con esta puesta en escena Octavio aporta, al ambiente cultural de San Cristóbal de las Casas, su granito de arena.

Instrucciones para encontrar al amor de su VISA

Instrucciones para encontrar al amor de su VISA

Más vale Macho por conocido
que chango-macho por chango-león

 
I



La solución al enigma postulado por la precariedad de un realista impotente ante las interacciones humanas en este plano superficial, radica en que aunque uno elija la opción de buscarse a la más fea (y fea contextualizada en los reverendos cánones de belleza planteados por nuestra erudita y solemne sociedad), para evitar, desde luego, ser víctima de un contraste o enfrentamiento por faldas de por medio, el desenlace es, será, y siempre ha sido, estomacal, radical e imposible, porque con el simple hecho de auto-ostentarse al lado de una dama, cuya condición se identifica como extranjera, ésta está al alcance de los pecaminosos deseos de los chango-leones, puesto que el rudimentario apogeo de estos últimos se postula con su destilación de feromonas en dirección de las ya citadas jovencitas, sea cual sea su situación ante la realidad —el punto es que los chango-leones no sólo destilan feromonas en una dirección fija, sino en dirección de todo lo que tenga o se manifieste con faldas en un plano que difiere del plano acostumbrado, y de todo cuanto se mueva en un radio de mil o más kilómetros a su redonda, pues su especie fue dotada de una percepción muy y demasiado aguda.

Ya ni ejercen dominio las ganas de interactuar por el gusto de hacerlo. Los chango-leones se expresan en las ansias de obedecer al sadiano instinto de tener relaciones sexuales nomás porque sí, o por proyectarse en un ambiente en el que llevar de la mano a una güera, sea atractiva o no, les redime y eleva a un rango superior, en el que ser El Profeta del sexo les relega a la condición de un bonobo cualquiera, o remite directamente a la satisfacción de sentirse más que los demás, (mi rostro sarcástico expresa su inferioridad ante tales menesteres) pues el expresarnos en muchas mujeres nos da un estatus varonil.

Los bonobos, que cito, que viven en comunidades descritas por los científicos como la relevancia de nuestro génesis, pronuncian su afinidad entre ellos mediante el sexo. El saludo protocolario es definitivamente ofrecer sexo. Y definitivamente, válgase el pleonasmo, el sexo es el tópico de conversación, creación de lazos y comunicación entre los miembros de estas comunidades. Así que no nos admiremos de que el chango-león, en un futuro sea considerado por los científicos como el espejismo rudimentario de nuestra primitariedad, pues tampoco se define, ni justifica esta sectaria manera de expresarse en otras sociedades, aparcadas en la mentalidad de un estado de sumisión, o condicionadas a un plan Etéreo o Divino, y, por qué no, con otras personas, puesto que nuestra arbitrariedad radica en que cada quien ejerce su propia voluntad en el uso de la cama o los espacios seleccionados para dichas empresas.

Por más que intentemos separarnos de este mundo en el que el chango-león lleva a cabo la labor de seducir y adquirir el amor soñado, el que los alejará y sacará de este país, nuestras expectativas se reprimen con el simple hecho de sentirnos dioses en un mundo donde sí hay Dioses para el acto de seducir y adquirir un espacio propio para definirse: hombre, demasiado hombre.

La anterior premisa requiere un profundo planteamiento, porque a la par de los sindicatos para músicos o trabajadores sociales, que protegen la dignidad de los mismos, podríamos plantearnos la idea de inaugurar y crear sindicatos, que posean la capacidad de defender y abogar por escuálidos y debiluchos compatriotas —entre ellos este humilde bazarero—, que, ensimismados en su lucha por adquirir reconocimiento y lograr interacción en un sub-mundo elaborado por artífices contingentes contra los chango-leones, se enfrenta, en su diario acontecer, contra esta ecuestre realidad.

Por las observaciones de este torpe bazarero, que lleva a cabo por el placer de ofrecer una perspectiva de la realidad en los bares de San Cristóbal, podremos apreciar un desglose de situaciones a las que se tendrán que atener las futuras parejas, que suelen visitar San Cristóbal de las Casas, en donde, aunque la novia venga con novio, se expone a las interacciones radicales con los arquetipos salidos de un comic de personajes súper-heroicos, imitadores de regimientos mayas, espejo del etnocentrismo, que reducen la realidad a una mera sarta de definitivas vanidades, en el que el escenario se explota y explora mediante esta lucha de contrincantes dignos de una pelea de gallos; escenario en el que podríamos enfrentar a Sade contra la Religión, para de una vez reconciliarlos (y congeniarlos) con un precepto y pretexto básico, que sólo por ser básico no deja de ser filosófico: el apareamiento como medio ético para preservar la especie. Aunque la iniciativa difiera un poco de la realidad, no otorga condones.

27/2/12

A los ojos de mi musa

OJOS EXTRAÑOS






El silencio en que existes tú es tan delicado.
Como el aroma del pétalo agitado
que cortaste en el jardín de los besos.
Ojos misteriosos, mirada extraña.
Tus ojos se abren como capullos selectos
el día de la creación.

Teoría del origen según yo

El origen 




Tal vez el origen del universo no es otra cosa que el producto de un berrinche de novios y sin embargo nos hemos pasado la existencia tratando de dar con el clavo para explicarnos, con teorías científicas, dicho origen. Si mi teoría tiene éxito me volvería tan famoso como Newton, Darwin o Albert Einstein, y mi nombre reposaría en el santuario de los póstumos. Si no les convence, al menos no descarten la idea.



Los hombres dedicamos todo nuestro esfuerzo para lograr ganarnos el amor de una mujer, y mediante nuestras virtudes tratamos de apantallarlas y ganarnos su amor. Quizás Dios hizo lo mismo. Creó el universo para mostrarse ante su musa como el Ser que es: Supremo, Poderoso, Virtuoso. La musa, maravillada de tales proezas, regalaba a Dios esas miradas de asombro aptas para la ocasión, pero no estaba dentro de sus posibilidades corresponder al cariño de un Ser sumamente Amoroso, Bondadoso y Perfecto. Quizás porque se sentía, digamos, empalagada o intimidada ante un Poder y un Amor de significativa Magnitud. Decidió nomás porque sí, que lo correcto era buscarse un dios, no menos importante ni tan poderoso como el Dios Virtuoso y Divino, despejado en su mente, pero que sí se ajustara a su perfil. Y ante este panorama que se abría ante sus ojos, Dios reaccionó a la altura de un simple mortal encolerizado por las circunstancias e hizo el berrinche de novios. Y no le quedó de otra que crear al hombre a su imagen y semejanza para desquitarse a la mala, desaparecer y abandonar su creación, a la que dejó sujeta a la entropía y decadencia, mismas a las que estamos condenados por obligación.



Lo que aún no sabemos, ni mucho menos nos hemos planteado, es que podemos desquitarnos de la misma manera: hacer el berrinche y abandonar nuestras minúsculas creaciones que podrían estar a la altura de Dios, pues fuimos consolidados a su imagen y semejanza.








Huir y dejarnos sujetos a la incertidumbre, a mi parecer, fue una sutil elección.




22/2/12

La ausencia que dejaste en...


                                               I

La ausencia que dejaste en San Cristóbal está tan llena de ti
llena de mí llena de todo y sus dimensiones arquean monumentos
astrales que se alzaron durante la estadía de tus ojos sobre su lomo
se disuelven sus gritos en mi paciente brío en mi pecho flemático
y escucho sus quejas bajar las banquetas a altas horas de la noche
buscando un lugar para esconderse de la lluvia
y me empeño en saber si mi precariedad parece tan nihilista
o arrebata el insomnio a los carentes de sueño
pero nadie responde a mis caprichos

                                               II
¿tu ausencia es presencia o aparición?
¿etéreo ser que palpita o fantasma tatuado en los contornos de mis ojos?

salgo a caminar sigo el rastro de tus pasos de tu sonrisa elevada al silencio de las nubes
a esa potestad de ser una ciudad poblada      de sol de sombras de tu presencia de tu ausencia
litoral de un enclave que adormece y mese sus hilos en las vueltas que das mientras avanzas

y siento que tus brazos aún se mueven con la ligereza con que palpaste mi rostro
que persisten en su eje en algún lugar escondido
y al lado de mi cuerpo reside un cuerpo tan diminuto y tan lleno del calor que anestesia y envuelve
                                   y me devuelve a esas noches de primavera entre tus piernas
                                   pay de cereza que no empalaga
                                   desgaja mi lengua poco a poco
                                   mas no empalaga, se filtra a mis venas
                                   y muero por sentirme en toda tu piel
                                   me abate la sed de néctar que tengo de ti
                                   y aún te tengo noticias

afuera la planta dejó de respirar y ya intentamos revivirla,
se apoderó de su núcleo el inflamado verano que se anuncia
a las puertas de una calma que ya no pudimos contemplar
¿será que tu fantasma, el que ronda aún tus pasos
en esta casa vacía, continúa su travesía en silencio?

tú, emblema de ojos en los que aún suelo mirarme
me abrazo a tu aroma con ese aletargamiento de no saber y saber
de no querer saber y de querer saberlo todo
de saciar con un suspiro todas mis emociones
que desenvolviste
como el dulce que te di anoche

me agobian estas ganas de querer salir a las calles
y gritar tu nombre para ver si tu sombra
da rastros de vida
de preguntarle a tus pasos si aún sigues ahí
si aún te mueves
si sigues aquí, en el regazo de una ciudad perfumada
de tu dimensión, sobre tu eje de otros sonidos, de otros bosquejos

                                               III
te digo que saldré a buscar un control remoto, pausar el tiempo
para quedarnos aquí suspendidos entre remolinos
en una cama también llena de ti