24/2/21

Presentación del poemario: aquí ya no es aquí

Tertulia Freiburg e. V.





Presenta el poemario:

aquí ya no es aquí 

esta realidad,

tragedias y comedias,

se traspasa a otro domicilio


del poeta, jaranero y laudero mexicano, residente en Freiburg:

Marco Antonio Hernández Valdés 


Presenta: Alex Zarzuri

Próximo sábado 6 de marzo de 2021.


Alemania: 20:00 hrs.

México: 13:00 hrs.

Col.: 14:00 hrs.

Argentina: 16:00 hrs.

Vía zoom

www.tertuliafreiburg.de

Costo del libro: 15€ (incluye costos de envío solo para Alemania).


Poemas a leer:


hay un nido de cucarachas en mi corazón

hay un nido de cucarachas en mi corazón

acamparon

a media noche

pero nadie las vio entrar

 

un nido de cucarachas

tiembla en mis podredumbres en mis viseras

                            a la espera de exhumación

 

al final de la alcoba

 

y te parecerá ridículo

pero un nido de cucarachas

se despliega fulgente

como un río híbrido               

que quema mis células

como ómnibus destartalado

sembrando dudas y

cuyas cuchillas

mi piel cortan,

la fragmentan

 

 

 

 

acerca tu mano              mésela suavemente

                                      bordea los poros de mi pecho

                                      permea sus bordones

sacude lentamente

bordonea mis pupilas de hiedra

no quiero sentir el brío

de la incertidumbre

no quiero sentir escalofríos

ni la mansedumbre

de mis arterias dislocadas

 

¿sentirás escalofríos?

¿del por qué suele pasar?

te lo dirá la fricción

de sus anonadadas patitas,

de sus balbuceos

que desembocan en mis cabellos

y defecan en mis muestrarios genéticos

o se enredan en mis órganos

en donde se amamantan de mis desechos

 

 

una legión de cucarachas desembarcó en mi nariz

 

se estableció urgentemente en mi corazón

 

legión                   de        paracaidistas

que alevosamente invaden

y construyen su centro de operaciones

en mi corazón delirante

 

y ahí adentro

esculcan mis arterias

amenazan con blindar sus alitas

con trajes de plomo

y pretenden

escurrirse en mis resacas,

 

sudar mis escorias

para que la vida pase

y las pasiones

se me amedrenten

de alcohol 


 

si alguna vez me ves escudriñar entre roperos y  anaqueles         

         o me ves angustiado despostillar esperanzas de mi angustiada                                          sonrisa, ahí donde las ratas roen los sillones antiguos,                                              te pido que busques una cuña para

atrancar la puerta.

 

y si algún día las ves erigir un pueblo de ruinas o envenenar

         de su fétido olor mis sienes, mi nariz,

                   avísame,

                   tendré que allanar su nido y

                   atacarlas con una porción de heavy metal

 

 

y aunque caminen derramando sangre donde los                                                        orificios de la quietud se enarbolan al cumplirse la     hora,

la savia derramada de la luna en los reflejos de         

                   la playa y la sinfonola que dramatiza cuando se rompe la                                espuma no dejarán de aturdir a esta alma perturbada

                   poseída del sopor de las cucarachas

                   que olas rompen, olas rompen

                  

                   pero si te sientes un residuo más al que no le importa                                               desparramar sus sentidos

                   ante una turbia luz que antecede tus momentos                                               noctámbulos...

 

escarba entonces           yo rociaré pesticida

desenvainaré mis discos dispuesto a todo

dispuesto a escurrir su incierto magnetismo

que ni con radiactividad o aire nuclear

evitará que se expandan en lo inverso de mi latitud

 

 

 

 

 

 

 

 

ante su volumen, brío             mi cuerpo respira adherido al mundo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

sus facciones restablecen su aletargado licor

mira lo que somos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

cuando las moscas se coman nuestros cuerpos

finalmente veremos lo que fuimos


del poemario: aquí ya no es aquí 
2018

de Marco Antonio Hernández Valdés




residente

 

                     1                

  Me enlodé del ruido de los caracoles coleccionados

en una tersa noche pirata,

bajé al fondo de su espiral

y por eso el espacio que ocupo

se trasquiló en dimensiones épicas,

en aromatizantes volátiles para autos

 

hay veda en este espacio,

 

los insomnios decrépitos conjuran sus partituras

ante los músicos que petrificaste en el parque

 

orbitan                   antenas parabólicas orbitan

           bloquean el perímetro actual

de la tarde subyugada

 

me siento a inventar conjuros

en las naves de la cofradía

 

orbitan antenas parabólicas orbitan

 

cortinas de movimientos independientes

momento de cúpulas hecho añicos, deteriorado

 

mas me paseo entre galerías de tatuajes,

presencias velando

el cuerpo presente del ónix.

                                     2

           el aquí de otro momento

 

                             1

no te vas tú; lo que se va es un pañuelo fundido de añoranzas, de esqueletos y párpados agotados. lo que se va es un incierto vaivén colgando de una rama que oscila en la hojarasca.

la mugre purga angustias apagadas en el alumbrado: olor a incienso. me da escalofríos el miedo misterioso que cruza la sala detonando silencios amurallados. y lo extraño no eres tú, lo que me parece extraño es el ojo del gato. los restos del fuego quedaron irreconocibles.

 

                             2

telón. ahora viene el carruaje de los cinco sentidos; partieron à l’obscurité de la sala contigua. ahí, desde tiempo inmemorial, guardamos los tímpanos del hígado disecado. no sé si para formar nuevas tiras cómicas o por la necesidad de inventar aparatos receptores.

 

                             3

no tu pelo, no tus ojos; tus manos impulsadas por la escafandra del orbe. tu lenguaje que opera de diferente manera al graznido del ave de rapiña.

no tú ni tus manos, el otro. ¿seré yo sosegado en las tinieblas? vi tus cabellos pero nunca los llamé, su dislocado diafragma, como un cretino, dañado vuelve su cuello hacia la botella y atrás, altas catedrales de celofán se alzan encaladas atravesando el blanco cielo: ahí tienen lugar señales diseñadas para tomar la región aturdida de tus pies. no hay manera… mejor ven y cálmate bajo las altas catedrales de cedro; los caminos nos conducen hasta la muralla de los muertos.

 

                             4

no tu ego, tu vacuidad que orbita en la transferencia de signos y señales: pantomimas desfiguradas en actos que se cierran o se desplazan a la levadura montuna.

 

                                               5

hace tiempo me invitaron a pasar al relicario de los desobedientes, de los incapacitados de ley y cordura, de los que aún imitan la antigua manera de crear fuego. conocí a gente que odiaba usar brújula y se perdió.

fui invitado a pasar al relicario de los dislocados; de los que andan por caminos ignotos, sin patria ni ciudad natal y escuché las confesiones de los enfermos mentales, de desertores de la milicia, encolerizados y dirigidos a su nefasta mezquindad:

 

 

hace tiempo busqué el jardín de los oprimidos; los subyugados me dieron asilo.

 

 

 

del libro: aquí ya no es aquí México, 2018

Marco Antonio Hernández Valdés


Marcolm X


https://poenautica.wixsite.com/laberintopoenautico


2/8/19

mi padre me pide que le cuente un cuento...

mi padre me pide que le cuente un cuento

su cuerpo en descomposición apesta a muerte
y ya ni sus brazos pueden sostener
la vida que se le derritió en el ano


mi padre canta y cuenta cosas chistosas;
la gente ríe y lo ve con sorpresa,
es un artista: canta toca ríe
y a su lado el tiempo se va en risas

mi padre me pide un cuento
en su sepultura sellada, custodiada
por un candado

desde que lo encerraron ahí
mi padre ya no mastica ni hace muecas,
ya no huye de las responsabilidades
y se interna en un sepulcro,
una sepultura expuesta al sol
porque a mi padre se le salen los huesos,
en casa solo quedan rastros de su voz ahumada

por nada intento ser su reflejo
ni siquiera cantar como él
porque sé que desde esa tumba,
el terco, me está mirando
y bien sabe que siempre he sido un inútil para nadar
para contar un cuento,
no tengo ocurrencias
él está ahí entre dos ecos
que son los coros del cementerio

pobre de mi padre
murió triste y abandonado
intentaré contarle un cuento
para calmar las asperezas de la eternidad
escucha padre
tuviste una mujer tres hijos
tuviste una vida una casa
nosotros te teníamos
y ahí donde estás
espero que las cosas salgan mejor
ya no tienes más que un espacio
un descanso
¡padre!
yo quería tener veintiún años
y no estoy seguro de haberlos cumplido,
mi situación es como la tuya
¡padre!
no intento un tributo
no intento un guiño
espero que te lleve dios
o la virgencita
y que tus muelas ya no mastiquen
a pedradas tu llanto en descomposición
padre, sé que me pides un cuento
un cuento eterno que no sé contar
qué puedo leerte, padre


22/5/19

confieso que he empezado...

confieso que he empezado...
Marcolm X

confieso que he empezado
a desintegrarme
a curarme de todo lo de antaño
le doy forma al fractal fragmentario
pero mis ojos lapidarios
se apagan lentamente
y me es difícil 
reconocer anuncios
y letreros

algo dentro de mí
pende al filo de la cama
parpadea pero no hay remedios
hipotéticos para curar la taquicardia
de mis pensamientos
no me interesa salir
ni me involucro más
con el silencio que gotea en las paredes

hay poca bulla

señoras, señores, 
pierdo fácilmente el equilibrio
vivo en una cruda permanente
y no hay indicio de salida

verifico la información
es real
me fascina sin embargo
que de pronto hay 
una chispa de rebeldía
en mí
en lo poco que queda de mí

confieso que al adquirir
cualquier producto
rompo esquemas
y deshecho las protocolos
y las responsabilidades
para con el producto
al adquirirlos

así es
le doy un nocáut al poder adquisitivo
cuando paso desapercibido 
de las instrucciones
de uso
¡qué me importa!
ser espontáneo de vez en cuando
es la poca chispa de libertad
que no me he negado




26/3/19

versos para La morena


                    A Alina

Ya tengo mi morenita
y ahora sí es una morena.
Al verla siempre se agita
mi cuerpo que ella serena.
El corazón me palpita
si le canto la morena.

¡Ay morena! ¡mi morena!
¡y vuelvo a decir morena!
Eres de tierras germanas,
morena que tú con flores
llegaste muy de mañana
a mostrarme con colores,
tus ojos de mexicana,
tan dueños de mis amores.


9/3/19

cuentinimo

-De ninguna manera escribo con sangre... como esas vacas sagradas que son tus escritores consagrados-, le espetó, y dando una bocanada a lo poco que quedaba del cigarro prosiguió -yo... yo todo lo que escribo del alma, lo escribo con lápiz labial.