Freiburg
ciudad
llena de grafittis
por
las arterias de estos muros que anidan historias pasadas, los colores viajan a
la velocidad de los pájaros en libertad
caminar
las calles, sentirlas nuestras, abrazarlas con la mirada hasta succionarles sus
olores, sus rostros escondidos en los cafés, en las cantinas
para
el turista de lo ignoto, el panorama se abre como esas venas, y en vez de
sangre, los colores circulan sus aconteceres
imágenes
que inventan la ciudad
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