Silencio
nocturno
Marco Antonio Hernández Valdés
1999
I
Los grillos pasean en
el nocturno.
Esperan a que llegue el
alba
y hastiados en su larga
espera,
se desplazan
a la nada.
El crujir de las hojas
impide al soñoliento
evocar la imagen pura
de lo incierto.
¡Ay, noche de estrellas
a ti musitan sus
querellas
esos grillos dislocados
e ignorados por los
búhos
y los gatos pardos!
Incluso el más febril
octubre los ignora.
Pero nada se entromete
en sus paseos
nocturnos;
nada en sus sueños
mojados.
Murmullos que la luna
escucha
y que los grillos
comprenden.
Ese atardecer de
precognición
que tanto los inspiró a
cantar,
ha logrado desvelar
sueños.
Y en la colina los
demás se unen al canto...
Ni el más intimo ruido
ajeno a ellos
impide que le canten al
silencio.
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