soy un viajero más en un autobús cualquiera
directo a
Darmstadt
y mientras bebo una cerveza y
disfruto del paisaje ,
a mi lado un tipo amable reposa el viaje
antes de dormir
quiso compartirme de su chocolate
pero dije: no, gracias.
quizás
porque viajo de incógnito
o
porque soy un segmento de vida
que mira a la gente
con desconfianza
o
porque soy
un bicho que duerme
y piensa ,
que se dispersa
en mundos atrapados
en los horarios
quizás…
y mientras tanto, afuera llueve ,
pero nosotros viajamos
en un autobús que salió
hace una hora desde Freiburg
rumbo a Hamburg
y casi sin percatarnos
convivimos un momento
dentro de un autobús
que avanza y se detiene a su antojo
somos las bolas de billar
en este juego
la velocidad,
querida gente,
hace que el tiempo allá afuera
transcurra lento
y no sé si los demás
se percaten de ello,
pero afuera del autobús
la vida jamás se detiene,
la vida jamás se detiene
aunque parezca lo contrario
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