17/3/12

Poemas sueltos

Me estoy muriendo


Las siguientes son, quizás,
 las últimas palabras
de un alma que convalece ante mis ojos
y me pide le tienda una mano. Me es
imposible: se aleja y llora y pide
más alcohol. Bebe y no es capaz de disfrutarlo.
Espero haber sido fiel a su cruel destino
escrito con sus propias palabras.
De mi amigo
imaginario: el borracho.

         I
me estoy muriendo
me estoy muriendo

¡que me estoy muriendo
de una enfermedad llamada amor!
y me quiero curar
para continuar bebiendo
alcohol

si me lo preguntan
(y aunque no me lo pregunten):
no es lo mismo
beber alcohol
sobrio de amor
que embriagado
de amor
y considero esta
razón suficiente
para querer continuar
mi vida
libre de todo amor infalible
o cualquier sentimiento superfluo
que actúe con alevosía
y ventaja sobre una víctima
descalcificada y errabunda

porque
contener pensamientos,
sentimientos, o coléricos reproches
de un alma sedienta de perdón, sedienta
de horror, de perforación o desolación (también)
es imposible
en serio
y al que haya temido a sus instintos
que me entienda y que por favor
me tienda la mano

esta es mi última petición:
no quiero morir de amor
                  
II
obligado a mis pensamientos
que me suprimen el ser…
simplemente:
existir en otro
no es lo mismo
que existir en mí
sin nadie
sin necesidad
de palpar un cuerpo
difícil de entender…

de lo único que me estoy muriendo
es de amor ¡maldita sea!
dejen de hacerme chequeos inútiles
no estoy dispuesto a pagar
diagnósticos irreverentes
groseros y ofensivos
a un alma que sabe lo que padece
¡me estoy muriendo de amor!
y si alguien tiene la cura
que me la dé
pues dicen los doctores que
el sesenta por ciento de sus acreedores
suele morir en estas circunstancias
y no quiero contribuir a las estadísticas
de un licenciado cuya licencia es curar

¿hablarle a Dios? a estas alturas
no habrá remolinos que me impidan
retroceder,
al paso en que voy
duraré si dura el infierno
que tampoco me soporta
por ser tan resentido


         Epílogo a manera de epitafio

sólo… sólo
deseo una borrachera feliz, perpetua

más perpetua que el mismo amor
¿se puede?

16/3/12

¡Pregón!

Pregón
                            II

cuando el alba nos alcance apaga el requinto
cuando el alba nos alcance apaga el requinto
cuando el alba nos alcance apaga el requinto
cercena la melodía y la vuelca hacia sus lados ecuatoriales
mancilla su roedora franela de canto vespertino

ya las musas dejan sus zapatos, es hora de abandonar la tarima
dejarla descansar en el brío de una sedienta mañana
pulverizada por sus raíces maquiavélicas
continúa la fiesta, el festín que reconcilia a las almas
botadas al río —un atardecer se desvanece en mis ojeras—
veo la sensación de los músicos temibles y abrazados
a su diagonal contemplación
ese instante en el que los ojos desorbitados parecen irse lejos
de donde se encuentra la música, y palpo el instante de la agonía,
del nacimiento perpetuo en el balance de los párpados

nada revolcará nuestra danza de ojos porque orbitan aún en el fandango
sólo esta musa de sueños que se desprende de nuestras ideas
estamos de acuerdo y celebramos nuestro trance revolcados en el suelo
los músicos se empeñan porque nada detendrá nuestro canto
la mulata mañana nos abre las alas y su esplendor nos regocijará
cual ánfora de piedras de río sobre nuestro lomo descubierto
le debemos nuestras notas
le debemos nuestros zapatos
le debemos el sol que avanza
sobre nuestras cabezas acompasadas
nada detendrá el fandango
ni siquiera el toro masacrado
los únicos toros que conozco son de cacahuate, guanábana y coco
también hay jugo de piña, recibe el escarmiento
la muchedumbre celebra masacrando al toro
los toros que nos temen                    su temor se dibuja en nuestros ojos
brillan ante la masacre-masacre pudor alma y eternidad
sus ojos lloran ante el salvaje

botellas de estiércol
botellas de silicón
ya su cuerpo ni lo siente           el silicón me atrofió los pensamientos (dicen)
ya sus vísceras se retuercen bloqueadas dormidas retorcidas
y la adrenalina permea los senderos de su corazón agitado
carcomido por especímenes de diarrea trajinada
qué eternidad nos diste para sentirnos dueños de tu universo
qué contienda deberá seguir el hombre vuelto hacia su salvajismo
ante los ojos de un toro al que no le explicaron su situación
su devaluada retirada ¡toro-toro! ¡rumiar, rumiar! es lo menos que le permiten

cuando llegue la aurora desplomemos nuestra alabanza al creador
de esta realidad virtual de esta otra realidad virtual agazapada
desmembrada en el fragmento de nuestra ley obsoleta
cuando la aurora llegue no me mires de espaldas ante ella
su alma boreal se manifiesta en el cielo de su río
y los requintos ni han ido hacia su perfecta alabanza
comienza con un fraseo críptico o un fraseo de rebeldía
todo o nada
la gente está alegre
le daremos de comer
sólo necesitan acción más acción en el espectáculo
¿necesitan un mundo fuera?
¿nos verán llegar al alba?

son tan hermosos, tan humanos,
a veces los confundo con dioses
¿o son ellos los que Me confunden con humanos?
¿desperdician su inestable razón?
abraza la madera siéntete parte de esta difteria
la peste, si la ves de cerca, parece otra junto a tus manos
los gusanos vendrán a este aposento
Toros y Carne
nada más reconfortante que comenzar una semana
ligada a mis auras, ligada a mis cantos vespertinos

me afianzaré a tus reglas y detendré mi canto
no estoy de acuerdo contigo
los requintos nacen de nuevo, las musas suben a su tarima y la palpan con los pies casi deshechos por la epidemia pero mostramos luz y eso es lo que importa, nada tiene sentido ni lo tendrá, somos músicos ante la cruel noche de los símbolos

no esperes el alba sobre tus hombros descubiertos pues te daré una aurora bajo tus pestañas prensadas al astro que se apaga
no esperes la aurora ni siquiera cuando estés a punto de verla pues te daré una noche apocalíptica sin rastros cotejables
no esperes nada de mí pues estoy a punto de embarcarme en la odisea de mis días y no podré mirarte cuando zarpe en otras lunas
no esperes incienso ni crepúsculos tónicos pues palparé tus mejillas siempre y cuando me inspiren calor y canto
no esperes nada de mí, soy una cripta enterrada en los recuerdos de otros tiempos olvidados, ni siquiera los recuerdo
no esperes un aventón de mi parte, soy el que pide aventón al lado de las carreteras en espera de un aventón de tu parte

¡callen!
¡callen!
¡ya viene!
¡ya viene!
el alba nace en las manos
se escurre como pergamino
alba sedienta de nuestras notas
nadie la tocará

quédense quietos y palpen con las voces
el núcleo de su órbita

¡saludo al alba que viene
montada en sutil carruaje!
¿y el viento que la detiene,
cortejo es de suave encaje?

15/3/12

poemas sueltos


la fotografía es cambiante e infinita

la fotografía es cambiante e infinita
te digo que la fotografía es luminosa, insólita

perpetúa la hoja sobre la imagen de la película,
caudal de espirales: ¿reflejo o espejismo?
soy un extracto temporal de la humanidad

aún siento pánico a mirar rostros plasmados
en papeles diseñados para retener historia
rostros que ahí quedaron
restos de voces en equilibrio
caras que imploran, meditan, levitan
sudan
equilibrio de voces
restos atorados en el tiempo
restos que absorben la claridad de la tarde
diseñada para rostros fotogénicos
el piano que ejecuta bordones
ante los últimos claros del cenit

la fotografía es cambiante, luminosa
no me escuchas pero de entre estos desvaríos
alguna copla se nos escapó de los labios
alguna copla se confundió con los sonidos
que transitan las costas de la rudimentaria atmósfera
la hora de los muelles, cuando se pueblan de turistas
y músicos en el enclave del ocaso

la fotografía es cambiante, insólita
y a veces puede utilizarse como impermeable
para cubrirnos de la muerte
cuando llueve a cántaros
o cuando los muelles son invadidos
de la brisa marina, de la tempestad
de los barcos

y cuando la usas de escafandra
se puede navegar a murmullos
los sofocantes claros del cielo
en su último ataque interrumpido
por el ocaso

te lo digo pero la idea se esfuma
como un eco perdido en un laberinto
y después es inútil recordarlo


Pregón

Pregón
  
                                           I
vi a los mejores repentistas y jaraneros de mi generación
seducidos por el canto matinal de Santiago Tuxtla
seducidos por el crisol nocturno de una luna
estacionada en las nebulosas radiaciones de las flores en Xalapa
dialécticas absorbencias que la menguada constelación de centuriones
confederó tras su subordinada borrachera
locos abandonados a la locura de arrastrarse
en las crípticas calles para pedir limosna
y comprarse una botella de caña
en Mahuixtlán

oh, ahogados en sus dolorosos lomos trajinados
meados y adormecidos listos para materializar notas
indagadores del toro la yerba y los licores católicos
expertos de la simbiosis musical a la hora prometida
la hora que viene en busca de nosotros
acicalada noctámbula como gangrena malparida
como sortilegio dolido sobre nuestras pestañas

empañados histéricos vomitados
empeñados en el fandango empeñados en la lujuria de la jarana                                  
                                                                             ¡pregona!
melifluo                 cartesiano                       bordón de requinto emblemático

los vi ejercer su melodía retorcer épicamente un bordón
arrastrarse por las calles mestizas del alba en busca de una puta
improvisarle versos                  ensayarle un son
coléricos del incienso      bebedores de versos       cantadores del fandango
fumadores de la yerba y sedientos de los toritos preparados para el festín

los vi ojear las décimas retorcidas en su cabeza plasmarlas ante la tarima
con los ojos desvelados sedientos de más fiesta
los vi llegar al alba                             al alba que abrió sus piernas en una larga y trémula bienvenida
y al amanecer vinieron a las banquetas a remangar un suspiro bañado de alcohol
purulento                                                                                harapiento
reposado sobre su hombro descubierto                                   absorbe
aroma de fresnos                               bebidas embriagantes
más alcohol                    gritaban sin control
más música destrocemos esta tarima perpendicular
ahoguémonos en este recinto de luna
aparquemos nuestros sueños fuera del trance hipnoticemos su sedienta máquina bipolar y vaguemos entre los cantos arcanos





oh jaraneros de temporada
que caminaron desde lejos            que viajaron de aventón desde muy lejos
que en el camino trataron de obtener dinero fácil
que debieron caminar desdoblando  caminos                  atendiendo al llamado de los requintos las leonas las jaranas del taconeo de una bailadora-serpiente                 
mientras tanto el toro prensado a su percusión percute tarima percute
percute tarima percute

trémulo crepúsculo ondea ya las lenguas de extenso diapasón forrado de cantos de fraseos dañados por la cerveza
diapasón que se mece
redoble de alas en las mentes sostenidas en el mantra de la madrugada
suave deslizamiento de mis neuronas
a la hora del canto extensión del canto
a la hora del diapasón sostenido por las cuerdas vocales
extensión de las cuerdas vocales
suave deslizamiento de tu vientre que nos purifica
en el verdor de una mañana contenida en el río Madre Candelaria
en el suave deslizamiento del río que parpadea aromas
flores extensión de flores
diáfana neurona
diafragma de nebulosa
anti-tesis milenaria
antílope
mandrágora vespertina
mandrágora del final
auxilio de los amparados en el malecón
maricas vestidos de flor sobre una tarima ondulada
volqueada sobre su muslo
que derramó cantos fósiles de la entelequia terrenal
cánticos al pie de la aurora
fermento de voces en espiral
no disecadas no plasmadas
espiral de voces ufanas
redimidas a la hora en que la bailadora
nos muestra sus muslos dislocados
a la hora en que la tarima suena su otra forma
y nos obsequia un relamido enfoque
a sus largas piernas
piedad piernas piedad piernas
piedad para el que sufre
y llora al lado del toro
que derrama sangre sobre su obcecado costado
caballo de súbita sangre
sangre baña
sangre-vida
sangre-santo-grial-empedernido
sofocado antes no-callado
bien relamido por sus santos labios
muerte espiritual dadora de vida al toro desparramado
envilecido al atardecer
atravesado
carcomido

continúa el baile y los travestis al otro lado
en el malecón
celebran la cruel batahola
pero acá los requintos plasman nuestro acontecer
no-dormidos oh mujeres arrastradas a su nido
el armazón de corrida de toros
lamentándose en el asesinato colectivo
en un arranque de cólera demoníaca
enredada en los cables del fulgor
diagnóstico de perro aburrido
de toro masacrado
atado a las aguas 
zapateadoras con muslos de ángel en busca de sexo
los alambrados y los cables
que parecen ancestrales ya no tienen conexión
y la luz le falta a los fandangos en el estrellato absoluto
oh pobres empedernidos ojerosos y drogados
pasaron la noche tocando el buscapiés
en la obscuridad sobrenatural de Tlacotalpan
zapateando sobre una tarima en las cúpulas de Tlacotalpan
contemplando son jarocho hacia el final del fandango