5/8/11

Rostro de luna árabe

rostro de luna árabe de
sortilegio y gacelas cabalgando la sangre

ser vivo 
radiaciones que a pulso sostienen la tarde

rostro de luna árabe,
en tus ojos refleja su presencia Sherezada,
tus pestañas nos cuentan las mil y una noches
desde donde es el origen del mundo
construido con palabras

hija de nuestra tierra, finalmente nos regocijas con cantos
y danzas 
en donde fuiste canto y baile, ahí permaneces

y tu canto, susurro de universo es

3/8/11

hiérveme

hiérveme
hiérveme de tu equilibrio fatigante
hiérveme en tu equilibrio sofocante
intangible, seco como las hojas
que se secaron en mi terrible verano
hiérveme de tu cólera sedienta de enigmas
en tu refractario, en tus ojos
en la cólera de los ornamentos
que deben estar benditos
en tus ganas de avanzar
y alcanzar la luz del ocaso perdido
tras las lomas del confín

hiérveme la sangre coagulada
de tanto calor dentro de ti
absorbe mis líquidos
obséquiame tus pestañas,
prensan tus ojos
diminutas cerezas
cambiantes, me enfrasco
del fresco lienzo
y me acurruco en tus certezas
mujer nómada,

mujer aire

20/7/11

con restos de desasosiego

con restos de desasosiego
me incorporo al retazo
de silencios aferrados
a esta estancia donde
la soledad persiste
a pesar de los ánimos

el fantasma,
fruto del augurio de tu alma,
se instala en las muelas
en los suaves murmullos
de las cosas vacías de ti

y un leve estremecimiento
con olor a tu cuello
de textura suave como tus nalgas
sale a flote entre adjetivos
domesticados
a causa de lanzarlos
sin respuesta
a la sordina de tu boca
que hace su ronda
entre paredes calladas
y no cae en la cuenta
de que ya no estás

al otro lado de mi cama
se revuelve un jardín de frambuesas

el ligero viento que se cola
por una ventana abierta a ti
galopa inútilmente en descenso a tus hélices
imprimiendo la intemperie desatada
en esta soledad comprimida y
habitada por el persistente cenit del alba
que custodia tu presencia
como un perro guardián


4/6/11

Ciudad llena de dimensiones

Ciudad llena de dimensiones



1)
viento en cólera, se desparrama en la oquedad. mueve árboles y se aleja a su espacio cibernético. los papalotes se hunden en los acantilados del espacio. no quise encararme a su astucia, siendo que mueve mariposas y viaja centrífugamente en las corrientes del cenit. se queda rumiando en medio de la noche triste. observa perplejamente el cuerpo del universo


2)
una centella antigua abrió una grieta en la era de la quietud; llegó a la loma de los fantasmas locales,
giró en su piedra paralela,
su antiguedad se dobló en las tabernas ecológicas. "sociedad urbana hecha añicos en los focos, patrimonios
humanos" dice el periódico leído en las esquinas; ya lo sentía venir, era un resplandor opaco, desmantela las imágenes forradas de mis manos quietas


3)
quiero hacer interesante los paseos en los suelos urbanos, pero ahora he perdido la vista, los letreros fumigan mis pensamientos. en alguna ocasión pude saber qué hay detrás de lo obscuro, el alba sentía la quietud de mi mano, una aurora en la nada. me aferré a muchas manos despostilladas a punto de ser pisadas; a punto de ser el almuerzo del perro

la luz
              es
                           un
                                      imperio
                                                     de
                                                            lodo




4)
compré un arma          camino en los trechos obscuros sin miedos. Avanza la luna en su letargo de acantilados. Piso suelos urbanos y me dirijo a un arrabal en busca de amor

(un ángel grita a la orilla de una banqueta lejana).

borrachos, indagadores del vino y de la yerba,
vengan a este basurero poblado de ilusiones,
tarde o temprano veremos el desorden en las calles, bailando 
entre la vacuidad barrida por desilusiones.
no tendremos ojos para entender las imágenes
–somos fotocopias de un 0–.
vemos florecer tarjeas donde la porquería viaja
a la velocidad de los sonidos de una tribu civilizada,
alfombras de irresistibles templos y mesas de sacrificios.


5)
para detener la prisa llevada por la tempestad habría que
suavizar los caminos para que los climas se sientan cómodos
en la soledad de las hojas
que giran en la cantina
de colecciones piratas
y smog ,


me duermo en las esquinas de tu suelo podado y sembrado,
ahí donde el concreto es una promesa desleal, un parto.

el viento no me ha perdonado. no ha querido perfeccionar
mis alas. la muerte le prometió un epitafio sin lágrimas
pero nada se ha movido en sus dientes.
la garganta
de los gorriones
continua en el fuego...                  sin apagarse.
respiración.
siente cómo respira.
las banquetas me revelan mitos de borrachos caídos,
descubro que su mundo no es de aquí. ancestro alejado.

aventurados los corazones que no son ajenos a los colores
de las mariposas en los tallos, montaña hablante: una manta.
aventurado sea el coleccionista de callejones solitarios
y aventurado el mártir víctima de un acoso demente.


–calefactor–


Palabras

palabras

exprimirlas o encontrar su lado bueno
comerlas en el desayuno
es mejor si se las acompaña con cerveza
o un pulque a las tres de la tarde
no es necesario compartirlas
o apostarlas

si amenazan en posición de ataque
tírate una carcajada estridente
no temas, se sienten atacadas
pero acorrálalas en una esquina
como si barrieras la basura
de una casa abandonada hace años

arráncales su puritano olor
déjalas en el cochambre de tus trastes sucios
rómpelas con la perra indiferencia
de una hiena predadora de silencios

v   

lastímalas, que se traguen su simbólico significado
y que vean de una vez quién tiene el fuete

v   

lastímalas, que noten que las tuyas son más fuertes,
estridentes, locomotora que amenaza con salirse
de las vías,
maquinaria endemoniada
sibilante
una hierba venenosa
la baba venenosa
la espuma ladina que retuerce a sus víctimas
un lagarto de lengua trasparente, nos liba
nos chupa hasta inyectarnos un sedante
nos come y carcome
basta con papel de baño
para limpiártelas
y si no aprenden
injúrialas hasta que te supliquen
que no te vean la cara

v   

olfatea
ora olfatea su delicioso aroma
a zorrillo podrido en medio de la carretera,
cuerpo comido por los gusanos
únicos testigos de su descomposición
descomposición
composición
descomposición
ángeles fermentados por la nebulosa
trayectoria de los bautismos
así son, se entregan como saco de pulgas
saborea su hedor capaz de envenenar
y masacrar a granel la incertidumbre
de una permanente ausencia

que se quedó plasmada en una hoja